Confirmada la condena a un Guardia Civil que montó una batalla campal porque un niño le manchó con kétchup

Madrid

El agente de la Guardia Civil y su pareja disfrutaban de un tardeo en una terraza de Cáceres junto a unos amigos cuando uno de los niños del grupo manchó con kétchup al acusado que reprendió al menor hasta que el padre le dijo que no siguiera por ahí porque "le iba a dar una hostia". En ese momento se desató una batalla campal entre la pareja y los amigos que terminó con el agente mordiendo la mano a uno de ellos que le trataba de sujetar, provocándole una brecha de dos puntos, y huyendo del lugar. Tres patrullas de la policía iniciaron la persecución del agente hasta que pudieron darle caza, pero se resistió a ser detenido. Tuvieron que introducirle por la fuerza en el coche patrulla y estuvo dando patadas y puñetazos a las ventanas durante el traslado a comisaría. El Tribunal Militar Central le condenó a una pena de pérdida de cinco días de haberes por una conducta contraria a la dignidad de la guardia civil que ahora confirma el Tribunal Supremo.

La sentencia recuerda que "el militar deberá actuar con arreglo, entre otros, a los principios de integridad, ejemplaridad, austeridad y honradez, estando obligado a velar por el prestigio de la institución y por el suyo propio en cuanto miembro de ella" y que en este caso ha mostrado "una conducta, reyerta inicial y grave renuencia a la intervención policial subsiguiente, con notorio desdoro para el instituto armado de pertenencia, lo que palmariamente justifica la sanción".