No pagar impuestos, un delito pero no un pecado

A partir de ahora da igual de qué religión seas. No pagar impuestos seguirá siendo un delito, pero no un pecado. El Gobierno equipara la fiscalidad de todas las confesiones religiosas y los cultos de ortodoxos, budistas, mormones y testigos de Jehová recibirán el mismo tratamiento que cualquier entidad sin ánimo de lucro.

Es decir, que ahora mismo, si tú entras en una iglesia, da igual de qué religión sea, que tienen más opciones de encontrarte con el Espíritu Santo que con una declaración del Impuesto de Sociedades. Después de siglos donde hemos visto las religiones enfrentarse unas con otras en las guerras santas resulta que todas estaban de acuerdo en algo: a ninguna religión le gustan los impuestos. Y esto debe ser lo único que tienen en común la masturbación y el IBI.

Este acuerdo alcanzado por el Gobierno no resuelve una de las mayores incógnitas del ser humano, pero al menos nos da alguna pista. Seguimos sin saber si hay vida más allá de la muerte, pero lo que está claro es que no va a haber declaración trimestral del IVA.  No hay mejor paraíso fiscal que el propio paraíso.

Así que mucho cuidado con que los youtubers se den cuenta de que, a partir de ahora, para no pagar impuestos ya no tienen que irse a Andorra, sino que les vale con convertirse en una religión. Y el caso es que hace tiempo que lo son. Tienen millones de fieles que le siguen en redes, dan sermones a través de Twitch y están todo el día en la nube. Y si alguien me va a decir que no hay mesías sin milagros, os recuerdo que Ibai Llanos resucitó a Ramón García en las últimas campanadas.

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El papel de Semana Santa y Ramadán en un momento en el que las religiones no pasan por su mejor momento

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