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Cada consulta de 20-50 preguntas a Chat GPT consume medio litro de agua

Microsoft ha consumido más de 700.000 litros de agua limpia en los servidores americanos que sirven para entrenar Chat GPT, según un estudio de dos universidades americanas

Una persona utilizando el Chat GPT. / NICOLAS MAETERLINCK

Una persona utilizando el Chat GPT.

Madrid

La factura global de Chat GPT en agua y energía puede resultar excesiva. Un estudio de la Universidad de Colorado Riverside y la de Texas Arlington, revela que las compañías tecnológicas están utilizando una gran cantidad de agua dulce para enfriar los servidores dedicados a alimentar los diferentes productos y sistemas de la Inteligencia Artificial. El estudio ha medido el impacto energético que tienen los modelos de Inteligencia Artificial como Chat GPT, Chat GPT-3 y Chat GPT-4.

Algunos ejemplos de la energía que se “come” la Inteligencia Artificial

Los investigadores han puesto algunos ejemplos del alto coste que tienen estos avances tecnológicos:

  • Una charla de 20-50 preguntas con Chat GPT equivale a una botella de agua
  • Enfriar los servidores americanos de Microsoft supone más de 700.000 litros de agua. Y este gasto sólo es para entrenar Chat GPT3.
  • Con los 700.000 litros de agua que consume chat GPT-3 se podrían fabricar 300 coches de la marca BMW y 320 Tesla

Todos ejemplos parecen pequeños. Pero si lo pensamos bien, hay millones de personas que ya dialogan cada día con la inteligencia artificial. Los investigadores piden a las compañías tecnológicas que asuman su responsabilidad y reconozcan la huella hídrica que dejan.

Microsoft estudia enfriar los servidores bajo el mar

La compañía de Bill Gates ha ubicado un nuevo centro de datos en las Islas de Orkney (Escocia) pero bajo el mar. La compañía ha decidido sumergir sus ordenadores para realizar una investigación sobre energías renovables con la idea de que el coste de enfriar los dispositivos bajo el mar será menor, además de estudiar los beneficios que puede proporcionar a los usuarios de la nube en todo el mundo.

Esta iniciativa forma parte del Plan Natick cuya primera fase comenzó en 2015. En aquel momento, se sumergió durante 5 meses al prototipo Leona Philpot, llamado así en honor a un personaje de la consola de videojuegos Xbox. La segunda fase, la más ambiciosa se inició en 2018 y está previsto que termine este año. Se trata de una prueba con un único cilindro, que almacena 12 racks y 864 servidores.

Si este proyecto finaliza con éxito, prevén sumergir otros 5 cilindros como ese y poder desplegar un centro de datos en alta mar en 90 días (este proceso dura años en tierra). El centro de datos está conectado con la superficie a través de un cable, el encargado de proporcionar la energía a los servidores y de proporcionar datos a la tierra. El objetivo es reducir el coste de refrigeración para las compañías y bajar la huella de carbono.

Nieves Goicoechea

Nieves Goicoechea

La mayor parte de mi carrera la he desarrollado en la radio. También “conocí el poder por dentro” como...

 
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