La prudencia por delante, también en lo político

Madrid

Hay momentos en los que la prudencia se agradece de un modo especial. Uno decide regresar de vacaciones el sábado. ¿Por qué no nos vamos el domingo? Es que me da miedo el tráfico, es la respuesta consabida y demacrada en medio de la luz. Pero luego llega el lunes, y mientras las noticias hablan de atascos y largas colas, uno se alegra de la cordura del sábado.

Una prudencia que lleva a veces a poner el despertador un poco antes de lo necesario. Un cuarto de hora para seguir en la cama y dialogar con el cuerpo, mientras la vida discurre. Encontrar la buena postura, ponerse de costado o de espaldas, abrazarse a la almohada, recoger las piernas o estirarlas, es un homenaje al bienestar. La temperatura susurra en la piel y nos hace buscar un cobijo último en la manta.

Las breves vacaciones de Semana Santa son un anticipo del verano, igual que las próximas elecciones a los ayuntamientos y las autonomías anticiparán las generales. No estará de más recordar viejos atascos, noticias escuchadas, antiguas medidas que vendieron viviendas sociales a fondos buitres para especular con los alquileres o respuestas a las crisis dejando que los bancos actuaran sin escrúpulos con las hipotecas, los desalojos y la vida de la gente.

Igual vendría bien un poco de prudencia, pensar en el domingo cuando todavía es sábado, aprovechar el bienestar de la manta antes de encaminarse a la ducha de la realidad. Si vamos a hablar de bloques, que no se nos olviden los fondos buitres.

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