"Tres días después de la entrega, el narco me mandó una foto suya con champán, una mujer con los pechos al aire y me escribió: 'La vida me sonríe"
Aimar Bretos entrevista a Andros Lozano, autor de 'Costo. Las leyes del Estrecho'
Madrid
El periodista Andros Lozano tiene respuesta para cualquier pregunta sobre el narcotráfico en el Estrecho. Ha tenido delante a los pilotos de narcolanchas más cotizados, a las víctimas del narco español, ha escuchando la impotencia de agentes que viven señalados y que no pueden tender su uniforme para que nadie sepa dónde viven. Su trabajo es imprescindible para entender la dimensión que tiene el narcotráfico en la punta sur de España. Lozano es periodista del diario 'El Mundo' y conoce con una enorme precisión los resortes del tráfico de drogas en el Estrecho y ahora publica con Libros del KO un libro titulado 'Costo. Las leyes del Estrecho'
Pregunta: Andros Lozano se subió a una lancha destino a Marruecos en octubre de 2017 y volvió con 2.400 kilos de hachís a bordo. Andros Lozano no es narco. Es periodista, pero consiguió que un narco, 'El Chato', le dejara asistir a esa carga. Si tú no fueras periodista, si en ese viaje fueras uno más de la tripulación del narco, si estuvieras trabajando en esa carga de 2.400 kilos de hachís, ¿cuánto te habrían pagado?
Respuesta: Pues si hubiese sido el piloto me hubieran pagado 30.000 euros, aproximadamente. Si iba como cargador, como persona de confianza de las dos o tres que van junto al piloto, pues 15.000, 20.000 euros seguramente.
P: Y el narco, el que pone, el que se encarga del traslado, de la logística, el que se pone en contacto con los marroquíes y después termina derivando esa carga a otras redes, el que se encarga del Estrecho ¿cuánto ingresa?
R: Depende de muchas cosas. Si pone toda la infraestructura a este lado del Estrecho, en la Península, si pone a la gente en la playa, si pone los coches y pone las guarderías -que es donde durante horas se guarda el alijo hasta que se distribuye por los clientes que lo mueven por toda Europa- se gana quizás 150.000 euros. Si no es así, empieza a bajar. Si lo pones todo, es unos 250 ó 300 euros por kilo que trasladas. Se pueden llevar perfectamente 150.000, 200.000 el narcotraficante que pone el hachís en la península.
P: ¿Qué se respiraba a bordo de esa lancha?
R: Nerviosismo mío y nerviosismo de quien iba a bordo. Era gente que lo había hecho más veces, pero era sobre todo nerviosismo. O, por lo menos, eso es lo que yo sentía. Y luego una sensación de "Oye, es que no ha pasado nada". No sé cuánto tardó, pero todo duró dos o tres horas. Yo fui a Marruecos, empecé a ver a lo lejos unas pequeñas luces que parecían luciérnagas, nos fuimos acercando hacia esa zona, empezaron a bajar gente por la ladera de un pequeño acantilado, nos cargaron, nos dimos la vuelta y en una playa de Cádiz alijaron. Y a mí me devolvieron en un coche al sitio donde yo tenía aparcado el coche, que estaba bastante lejos. Y no pasó nada. El problema es que pasa muchas veces a lo largo del año. La Policía Nacional y la Guardia Civil hacen una labor increíble, pero las organizaciones de traficantes, hoy en día, son casi empresas y está muy profesionalizadas.
P: Tres días después, cuando ya se había distribuido la droga, el narco 'El Chato' te mandó un mensaje. Era una foto descorchando una botella de champán, junto a una rubia con los pechos al aire y te escribió: "La vida me sonríe". ¿A ti qué se te pasó por la cabeza cuando recibiste su mensaje?
R: Yo no le respondí, pero dije: "Joder, pero es que al final esta gente se juega la vida porque les gusta mucho el dinero, les gusta mucho esa adrenalina y son capaces de poner su vida en riesgo. Si hay una persecución, si hay mala mar, ponen su vida en riesgo. Ha habido, seguramente durante todos estos años, cuatro décadas, cientos de muertos. ¡Qué impunidad tiene esta gente! Esto sucede a diario. El problema es que esto sucede prácticamente a diario.
P: ¿Somos conscientes del enorme problemón que tenemos en el Estrecho con el tráfico de drogas?
R: Yo creo que la sociedad española tiene un concepto desvirtuado de lo que es el narcotráfico en el sur de España y las consecuencias que trae. Cuando a mí la gente de Libros del KO me dijo: "Oye, el Estrecho tiene una historia. El Campo, Gibraltar, Cádiz... ¿Tú cómo lo ves?". Y yo les planteé: "Vamos a contar lo que es el narcotráfico de ahora, pero tenemos que saber de dónde viene". El libro es un recorrido histórico, desde los '80 hasta la actualidad. Yo en el libro hablo de los primeros pescadores de Barbate, que se bajaron de su barco de pesca y que, como conocían el mar, los productores marroquís les llamaron y les dijeron: "Ahora vas a empezar a trabajar para mí". En pequeños botes de madera, en pequeños barquitos, empezaron a introducir hachís. Eso no era una organización criminal como tal. Muchos eran cocainómanos, eran yonkis de la heroína que, esa misma noche, si cobraban 2 o 3 millones de pesetas se lo gastaban en cuestión de horas. Poco a poco eso se fue profesionalizando. Luego pasamos a Ceuta. Allí estuvo uno de los mayores narcotraficantes de toda la historia de hachís, 'el Nene', nacido en Ceuta pero de ascendencia marroquí. Luego dejamos Ceuta y pasamos al río, a la importancia que tienen los ríos andaluces. Las organizaciones cada vez más profesionalizadas han llegado a tener narco-embarcaderos. Para que quien nos escuche nos entienda. En la parte trasera de un chalet que daba a un río esta gente tenía una compuerta, le quitaban un vértice a la piscina y cuando subía la marea, se llenaba la piscina y botaban desde ahí sus lanchas.
P: Hasta tal punto de que el Estado tuvo que cerrar el río, poner hormigón para que las narcolanchas no fueran arriba y abajo.
R: Y luego todas las consecuencias que tiene en cuanto a dramas sociales. Mancha a gente que es muy digna, gente que no tiene y nunca ha tenido ningún problema con la Justicia. La Línea está manchada por el narcotráfico por culpa de algunos. Yo me puse delante de un señor que tenía un hijo que se dedicaba a robar a otras organizaciones y un día, mientras cenaba en un pueblo de Málaga, lo secuestraron y apareció tirado en la parte trasera del Hospital de Algeciras. Y probablemente lo ordenó un gran capo del hachís que está huido ahora mismo en Marruecos y ha huído dos veces de la justicia española. Todo eso es, hilando con tu pregunta, es lo que la gente no sabe. No saben todas esas ramificaciones. No saben todas esas ramificaciones, ni todo lo que hay detrás de esa lancha que aparece en el informativo cargada de hachís. No saben qué hay detrás de esa persecución muy espectacular que hace la Guardia Civil a unos narcos.
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P: Hablando de esas persecuciones espectaculares. En 2016, conociste al piloto de lancha de mayor prestigio, mayor caché, que es Didí. Es un tipo que se hizo respetar muchísimo por los narcos porque nunca tiraba la droga al agua. Ya podía estar la Guardia Civil o los helicópteros de la Agencia Tributaria. Podía tenerles en la nuca, que él nunca tiraba la droga al agua. ¿Eso es sangre fría? ¿Eso qué es?
R: Tendría que meterme en la cabeza de esa persona. Pero bueno, imagino, que sería sangre fría, imagino que será locura. Y me imagino que será pasión por el dinero o el querer volver a sentir que él puede escaparse de la presión policial. No sé lo que es. Esa persona a partir de los 100 viajes había dejado de contarlos y todos los grandes señores de la droga de Marruecos, en algún momento, le habían pedido trasladar a su mercancía a la península.
Y él te dice: "Los señores de la droga se pelean por nosotros, los buenos, porque al final esto es como la Fórmula 1. Los pilotos competimos entre nosotros".
Si tú eres una garantía de que yo pongo dos toneladas de hachís encima de tu lancha y tú no la vas a perder, yo te voy a pagar a ti más que el que me la pierda. Hay una serie de pilotos que se puede contar con los dedos de una mano, que cobran muchísimo más que otros precisamente por eso, porque tiene una sangre fría que no tiene el resto.
P: ¿Cuánto podía cobrar por un trayecto?
R: Pues 50.000 o 60.000 euros. Lo que pasa es que cuando yo lo entrevisto, él había pasado algún tiempo por prisión y él, durante su mayor apogeo, había decidido invertir y trasladar él su propia mercancía. Es decir, crear su propia empresa. Es decir, organizar los alijos para los señores del hachís de Marruecos. Él ponía toda la infraestructura a este lado del Estrecho. En ese momento ya movía millones de euros. Si tú tienes la capacidad de comprar lanchas, de tener 'guarderías', de tener naves donde esconder la mercancía, tú ya no pides la miel, tú ya te llevas un pedazo de la tarta muchísimo más grande.
P: Ahí hay una cuestión y es la jerga. Cuando hablamos de 'guarderías'. Es donde los narcos esconden la droga una vez que la desembarcan.
R: Una casa, un chalet, una nave apartada. Por ejemplo, en el río Guadalquivir, en las marismas. Hay poblaciones como Coria, Lebrija, Trebujena, Sanlúcar de Barrameda, todas en ambos márgenes del río Guadalquivir, allí hay naves de aperos. No son sólo para mercancías, sino incluso para guardar bidones de combustible cuando salen lanchas.
P: En la historia del narco, en la provincia de Cádiz, hay casos de tipos que se creyeron intocables. Cuentas, por ejemplo, cómo Antón Vázquez se paseaba por Barbate con una cría de león. ¡Una cría de león! Eso fue hace bastante tiempo, pero ahora, mucho más recientemente, hay narcos que en los cumples de sus hijos sacan tartas con forma de narcolanchas cargadas de costo. ¡En el cumple del crío!
R: Exacto. Hay una gente que se tatúa una persecución en el brazo. Y en el cumpleaños de tu hijo, en vez de ponerle una cara de Mickey Mouse, pones una persecución de una lancha y pones El Atunar, una playa de la Línea de la Concepción. Y también se ve una barcaza de la Guardia Civil y un helicóptero de Vigilancia Aduanera persiguiendo una lancha cargada de hachís. Y eso tú se lo estás regalando a tu hijo. Tú, en cierta forma, le estás inculcando esa cultura del narcotráfico. Yo he intentado ir a la calle a hablar con la gente que sufre esas cosas. Y un profesor me decía: "¿Cómo se lucha contra eso?". Él daba clase en La Línea y me decía que iban a clase niños con la estética narco. Llevan una riñonera o bolsos que valen 3.000 euros. ¡Y a lo mejor tienen 12 años! ¿Cómo se lucha contra eso? Es muy complicado.
P: Sobre todo cuando uno lee lo que puede cobrar un crío por ponerse en una playa, por sólo ir a ver si aparece por ahí la Guardia Civil. ¿Cuánto puede cobrar por eso? A eso se le llama 'un punto'.
R: Sí. A ti te dicen: "Oye, mira, hoy va a haber un alijo y necesitamos que estemos controlando a este grupo de la Guardia Civil". Se van a un punto de una playa o se suben al Peñón de Gibraltar. Los narcos han tenido en lo alto del Peñón de Gibraltar a un punto que vigilaba la salida de las barcazas de la Guardia Civil o la salida de los helicópteros. Por una noche pueden cobrar perfectamente hasta 1.500 euros. Hay riesgo, porque te pueden imputar por organización criminal si te pillan y te lo amarran bien. Pero si no te pillan, tú te estás llevando por unas horas de trabajo 1.500 euros. Como decía el profesor: ¿Cómo se lucha contra eso?
P: ¿Cómo metes a ese chaval a poner copas en un bar por 1.200 euros el mes entero?
R: Exactamente, exactamente. Yo no estoy justificando, nunca lo he justificado. Y siempre ensalzaré a la sociedad del campo gibraltareño, a la sociedad de la Línea de la Concepción y a todos esos pueblos que se ven afectados por el narcotráfico. En su inmensa mayoría son gente decente, gente humilde y gente que intenta sacar el día a día adelante como puede. Pero claro, ¿cómo se lucha contra eso? Es muy complejo. El narcotráfico en el sur de España, en la provincia de Cádiz, es un fenómeno único en el mundo. El Estrecho separa el continente más rico del planeta, Europa, del más pobre del planeta, África. Durante décadas, Andalucía ha sido la región más pobre de toda Europa, y Cádiz ha sido la región más pobre o con más paro de toda Europa. Entonces se dan una serie de connotaciones. El dinero que mueve el narcotráfico hace que haya gente que en algún momento de su vida lo haya probado. Algunos han dado da marcha atrás, pero hay gente que vive de eso desde hace décadas.
P: Decíamos antes que algunos de los que se hicieron muy grandes se creían absolutamente intocables. Cuentas en un pasaje del libro que a Antón, un narco del que hablábamos antes, lo detuvieron unos guardias civiles. Los guardias civiles conducían el todoterreno que le habían incautado a este narco en una operación anterior. Y el tío va y vacila a los guardias civiles cuando lo están deteniendo y dice: "Me salió bueno, este coche que lleváis vosotros ahora". Es una sensación impunidad brutal".
R: Claro. Hay una una frase mítica de él. Cuando estaba en busca y captura dio una entrevista a una televisión y dijo: "Yo he creado más empleo en Barbate que la Junta de andalucía". Tú estás endiosado. Tú sabes que te está persiguiendo la Guardia Civil y tú estás endiosado. Yo estuve hablando con el teniente que llevó a cabo la Operación Espejo, que es en la que ya cae definitivamente Antón Vázquez. Y me decía: "Yo prefería detener a Antón con 30 kilos de hachís antes que a toda su organización, con dos toneladas". Y así es como cayó y luego salió de prisión. Y a final, ya en su en bocanada en el narcotráfico, incluso involucró a su hijo, que todavía era menor, a su hermano, lo reclutó de nuevo. Ahora mismo sigue en prisión cumpliendo una condena.
P: Hablas con muchos policías, guardias civiles y hay uno de ellos que te cuenta muy gráficamente el infierno en el que viven. Él te dice: "Es que no respetan a nadie ni a nada. Nadie quiere venir destinado aquí, salvo que no tengas más remedio. Si antes teníamos a ETA en Euskadi, en Navarra, ahora quienes nos atemorizan son estos tíos. Es el 'síndrome del sur'. Antes teníamos el 'síndrome del norte'. Tenemos el síndrome del sur.
R: Es que ir destinado a la Línea Concepción, a Algeciras es un problema. Ponen incentivos a los cuerpos policiales y se cubren las plazas, pero es muy complicado que una persona vaya a La Línea. "Tú no puedes tender la ropa en un edificio de vecinos común porque te señalan". Los agentes policiales me decían: "Si antes íamos en los peores años del plomo de ETA, ser señalados por ser quienes éramos. Ahora estamos viviendo lo mismo, pero en el sur de España, en la otra punta de España". Es algo muy similar con los narcotraficantes. Y hubo un tiempo, probablemente a partir de 2015 hasta hace unos meses, que los narcos del Campo de Gibraltar estaban tan envalentonados. Hubo muertos. A lo mejor la gente no lo sabe, pero hubo muertos. Agentes muertos, atropellados por narcotraficantes que estaban huyendo. Un policía fue atropellado por unos chicos que se dedicaban al contrabando de tabaco. Al final el contrabando de tabaco está muy relacionado con las mafias del hachís. Y es que es un problema muy muy serio. Peco de poco modesto, pero el libro es necesario precisamente por eso, porque la gente no sabe lo que está sucediendo en el sur, no sabe el problema tan grande que existe en el sur con el narcotráfico.
P: Este paterista a del que hablábamos antes, en un momento dado, te dice todo esto no sería posible sin la connivencia de las autoridades de Marruecos. ¿A tal punto llegan las facilidades que se encuentra esta gente en Marruecos?
R: Yo fui testigo. Esto era muy sencillo. El punto estaba acordado. Nos estaban haciendo señales con linternas o con lamparitas. Y en la ladera de esa montaña había gendarmes y gente uniformada con uniformes de militares o policiales de Marruecos. Y Didí me daba cifras de cuánto cobra la gente la Armada. Ellos decían que allí, en Marruecos, la salida del hachís está garantizada, entonces tienen que cobrar y cobrar de alguna forma.
P: ¿Y a este lado del Estrecho hay policías, guardias civiles comprados?
R: Siempre ha habido. Son una ínfima minoría y sus cuerpos actúan contra ellos de una manera implacable. Pero por supuesto que siempre ha habido, ha habido gente condenada, hay gente investigada. Incluso hace unos años se detuvo al que era jefe de la Policía Judicial en la Comandancia de Cádiz por estar involucrado y por reunirse con un narcotraficante en un restaurante y por muchos más indicios. Hay gente que ha pedido cambios de destino y, al poco tiempo, se les ha imputado por facilitar el blanqueo a grandes narcotraficantes del Campo de Gibraltar. Hay una guardia civil que está imputada porque, a través de la empresa de su pareja, un taller, han blanqueado varios millones de euros de grandes narcotraficantes. Entonces, claro que hay ovejas negras dentro de la Guardia Civil, de la Policía Nacional y de Aduanas. Claro que sí.
P: Cuentas en el libro cómo a raíz de la pandemia está yendo a más una manera de meter droga desde Marruecos a Ceuta y Melilla. Con drones. Cargan drones de droga y, volando, los meten entre las ciudades autónomas. ¿Eso cómo se combate?
R: cuando lo vieron dijeron: "¿Pero bueno esto qué es?". De vuelta lo que va es dinero o medicación que en Marruecos no pueden conseguir. Y los camellos de allí utilizan esa medicación para producir otra pequeña droga que consumen muchos chavales marroquíes. Un gran narcotraficante lo que hizo fue invertir en grandes drones e invertir en chavales y lo que hacían era simplemente pasar cada vez más cantidad. Empezaron con gramos y acabaron con fardos de 25, 30 kilos. La Policía Nacional y creo que también la Guardia Civil se dotaron de una especie de pistola láser o que emitía una frecuencia que lo que hacía era inhabilitar ese tipo de drones. Al final era derribarlos, porque detener a los chavales que realmente van a recogerlo es es muy complicado. Tú estás viendo en ese momento dónde va a caer. ¿Pero tú cómo movilizas a gente para que se muevan rápidamente por dos fardos de costo? Prefieren inhabilitar el aparato y que se caiga al suelo. Era una cosa muy novedosa y que le sorprendió muchísimo a los investigadores.
P: Hablamos de un mundo que es absolutamente violento, se matan entre ellos. Se matan y se Torturan y con torturas propias o por encargo. Graban las torturas para mandárselo a un jefe que está en otro lado y para demostrar que sí has torturado. Es brutal que esto pase en España.
R: Hace unos años aparecieron tres cuerpos. Dos personas con vida y una fallecida en una carretera en la salida de Rota. La gente que veranea en esa zona de Cádiz, seguro que la conoce. Y era un domingo después de que la gente viniera de la playa. Era verano y apareció un cadáver y dos personas que estaban heridas gravemente. Esa gente que le había hecho eso a esas personas habían venido de Marsella, en horas, en un un coche. Venían simplemente a cobrar una supuesta deuda que estas personas tenían porque se había perdido un alijo de de hachís. ¿Qué nivel económico mueves para tú poder movilizar a una sicarios que vienen desde Marsella simplemente a cobrar una deuda? Y hay una persona que hace de notaria, que graba esas imágenes y que se las envía a quien tiene que recibir esa droga, porque en algún sitio está esa mercancía. Los torturaron durante horas. Los torturaron en un chalet de Chipiona.
P: Cuando relatan las juergas que se pegan estos narcos, cuando terminan grandes trabajos, digamos, no faltan las habitaciones de lujo, las discotecas, las putas, la coca. ¿Ellos se enganchan también a la droga? ¿O son lo suficientemente listos como para mantenerse al margen?
R: Muchos, sí, pero es por el tipo de vida, ¿no? Quiero decir que el consumo de cocaína es constante en ese mundo. Se levantan tardísimo y viven la tarde y la noche en prostíbulos, en fiestas, en fiestas con cocaína, con mujeres. Y claro que se enganchan a ese tipo de estilo de vida. No todos. Por supuesto que hay gente que mueve mucho dinero y nunca ha sido detenida. Ni su nombre aparece en una causa que esté judicializada. Pero son los menos. Son los menos porque al final la mayoría son cantosos. Tú te gastas el dinero en algo, tú inviertes en grandes inmuebles, tú te dejas ver una noche en una discoteca, en un reservado, tú te has comprado un chalet que te cuesta un millón de euros y tu mujer supuestamente está cobrando una ayuda social de 426 euros porque lleva diez años sin empleo. Entonces todo eso al final canta y ese estilo de vida canta. En la Línea de la Concepción había una comunidad de vecinos que eran todos narcos y desde el cielo esa comunidad vecinos tenía forma de piruleta. Era una comunidad elitista de narcos.
P: ¿Se puede salir de ese mundo cuando uno ya ha estado muy dentro? Cuando uno ya sabe mucho de todo lo que hacen los demás narcos, ¿se puede salir vivo de ese mundo?
R: Yo creo que se puede salir si tú no estás demasiado involucrado. Cuando tú ya sabes demasiado o cuando tú has visto demasiadas cosas, es prácticamente imposible salir. Yo cuento un caso en el libro de dos chicos de Ceuta que pretendieron salirse. Uno acabó muerto y otro no apareció nunca. No apareció su cadáver. Yo fui a ver a gente muy cercana a ellos, a algunos familiares y precisamente lo que me contaban era eso, que querían salirse de ese mundo. Y al final la gente de su organización acabó quitándoles la vida.
![Marisol Rojas](https://s3.amazonaws.com/arc-authors/prisaradio/19e00b43-63ab-44ba-bf91-3a82e21a1121.png)
Marisol Rojas
Trabaja en la Cadena Ser desde 2007. Empezó madrugando en Hoy por Hoy y ahora trasnocha en Hora 25....