El exjefe de la Policía Enrique Barón: "Tengo el convencimiento de que fui espiado"

Como la intervención de comunicaciones a los periodistas, en clara vulneración de sus derechos fundamentales según todos los expertos consultados, los chats de WhatsApp del exsecretario de Estado de Seguridad del Ministerio del Interior con el Gobierno de Rajoy, Francisco Martínez, revelan que también fue espiado Enrique Barón, quien fuera jefe de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional, segundo al mando del cuerpo solo por detrás del Director Adjunto Operativo. Los hechos se remontan a verano 2017, ya con Martínez fuera de la Secretaría de Estado de Seguridad y una vez que Jorge Fernández Díaz había abandonado el Ministerio del Interior. Ambos habían sido sustituidos por José Antonio Nieto y Juan Ignacio Zoido respectivamente, todavía con Mariano Rajoy al frente del Ejecutivo del PP. A pesar de que solo conservaba la condición de diputado aquel verano de 2017, Francisco Martínez seguía manteniendo una relación fluida con el entonces jefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo de la policía, Enrique García Castaño, y en una conversación de WhatsApp que este viernes publica la Cadena SER, revelan la intervención de las comunicaciones de Barón. Las “llamadas como el algodón, no engañan”, celebran los interlocutores. En declaraciones a esta cadena de emisoras, Enrique Barón ha afirmado que tiene el “convencimiento” de que fue espiado. Sospecha que “el algodón” eran los dispositivos electrónicos que le habían colocado para interceptar sus comunicaciones. Francisco Martínez afirma a la SER no recordar a qué se refirió con aquella expresión. Barón fue prácticamente el único de aquella cúpula policial y ministerial que no ha acabado imputado ni investigado en cualquier pieza del caso Villarejo, incluida la operación Kitchen, pero a pesar de ello fue el único cesado de su cargo por Juan Ignacio Zoido, ya sucesor de Fernández Díaz en el Ministerio del Interior, el 28 de diciembre de 2017. Enrique Barón pasó entonces a formar parte del consejo asesor de la policía y vio cómo evolucionaba el caso Kitchen. La publicación de los audios y agendas del comisario Villarejo, entre 2 y 3 años más tarde, le convencieron de que habían intervenido sus comunicaciones. De que era el enemigo a batir por aquella cúpula corrupta para que Barón no impidiera, tal y como contó el propio Villarejo en una de sus conversaciones grabadas, que la trama continuara con “sus bisnes”. A la vista de estas evidencias y ataques a su entorno familiar, Enrique Barón instó en 2021 a la dirección general de la Policía Nacional a que investigase el espionaje, pero a día de hoy no ha recibido respuesta. El exjefe de la Comisaría General de Información abandonó Madrid y hoy está destinado en Málaga.