Cambiamos la hora... aunque la Comisión Europea no quiere

En la noche del sábado al domingo se adelantará una hora el reloj de todos los europeos una vez más para entrar en el horario de verano, y eso a pesar de que parecía que ya a estas alturas de la década esta variación sería sólo un recuerdo. En 2018 la Comisión Europea preguntó a los ciudadanos del continente qué pensaban del cambio de hora y de una manera abrumadora ocho de cada diez se mostraron partidarios de un horario unificado durante todo todo el año. Poco después, en 2019, la propuesta fue aprobada por el Parlamento Europeo, pero estamos en 2023 y nada cambia... salvo la hora. Esa propuesta pasó a manos de los gobiernos europeos, que debían además elegir cuál era el horario, si el de verano o el de invierno, que preferían. Desde entonces la idea ha encallado y dos veces al año tenemos que comprobar que los relojes han cambiado la hora.

En declaraciones a la SER, el eurodiputado sueco del grupo de Los Verdes que fue el impulsor de la propuesta, Jakop Dalunde, reconoce que ahora mismo no hay una fecha para que Europa tenga un horario sin modificaciones. "La Comisión ya incluyó la propuesta en un documento del 2020, pero el Consejo no ha hecho ningún progreso desde entonces. En 2021 el Parlamento Europeo urgió en un comunicado al Consejo a que acelerara su decisión, pero desde entonces no ha pasado nada". No ha pasado nada no es del todo exacto, reconoce el propio Dalunde, ya que entre el verano en que se dio a conocer la propuesta y este cambio de este fin de semana ha pasado una pandemia, el Brexit o la guerra de Ucrania, por lo que él mismo reconoce que esta decisión ha dejado de ser prioritaria para los gobiernos europeos.

La presidencia española de la Unión puede decidir volver a activar este asunto, ya que está en manos del Consejo Europeo

—  Jakop Dalunde, eurodiputado de Los Verdes

Dalunde es sueco, país que ahora mismo ostenta la presidencia semestral de la Unión, pero reconoce que su Gobierno no tiene ahora como un asunto urgente la modificación del reglamento horario. Apela por eso a España, que recogerá el testigo de Suecia, recordándole que es quien ostenta la presidencia de turno quien puede marcar durante esos meses qué temas se tratan con más urgencia que otros. De momento, el Gobierno ha detallado ya las fechas de cambios de hora hasta 2026 y la última vez que se trató el tema, sin mayores avances, fue durante la presidencia finlandesa del segundo semestre de 2019. Apenas unos meses después llegaría el coronavirus.

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Más de un siglo moviendo el reloj

Los cambios de hora se introdujeron en el año 1916. En plena I Guerra Mundial, Alemania decidió adelantar los relojes una hora para poder seguir produciendo al tiempo que se reducía el uso de luz artificial. Durante algunos años fue quedando en desuso esta costumbre, que habían adoptado la mayoría de países europeos, pero se reintrodujo en los años setenta por la crisis del petróleo como una medida para intentar ahorrar en energía y aprovechar más la luz natural. Curiosamente, la propuesta actual de la Comisión Europea se presentó apenas unos pocos años antes de una nueva crisis energética, derivada en este caso de la invasión de Ucrania.

Actualmente, en Europa hay desajustes entre la geografía, el número de horas de luz, y los relojes. El Reino Unido y Francia, que prácticamente están alineados, tienen horas diferentes y España mantiene el mismo horario de Alemania a pesar de las evidentes diferencias geográficas de ambos países desde que Franco quiso en 1940 que en eso también nuestro país se asemejara a la Alemania nazi. La propuesta de la Comisión divide Europa en cuatro zonas horarias: España quedaría encuadrada en el horario del Reino Unido, que compartirían también Francia, Bélgica, Luxemburgo y los Países Bajos. Y nos olvidaríamos de tener que detallar siempre la hora de Canarias, porque sería la misma que en la Península. Portugal sí seguiría estando una hora por detrás.

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