Primavera

Madrid

A partir de hoy entramos en la primavera, una estación del año cuyo nombre nos llegó del latín vulgar. Y es un término paradójico, porque etimológicamente la segunda parte de la palabra, vera, ya significaba primavera en latín clásico, con lo que primavera sería algo así como la primera primavera, la primera parte de la estación. A través del tiempo, la palabra ha ido acumulando significados. Ha dado nombre a una planta y a un plato muy popular de la comida china, por ejemplo. Y nos sirve también para referirnos a cualquier tiempo en que algo está en su mayor vigor y hermosura o para contar los años de edad de las personas jóvenes. Hoy nuestro compañero David Laso, por ejemplo, cumple 23 primaveras. Cuando acabe la beca, ya veremos...

La primavera está en el centro de un puñado de dichos y refranes que, como todos los dichos y refranes, sirven para lo uno y para lo otro. Así, “si la primavera es fría, la cosecha es tardía”; pero... “si hay mucha flor en primavera, buen otoño nos espera”. Seguramente el más conocido es el de “la primavera, la sangre altera”, que nació de la observación y confirmó después la ciencia. Y sucede como en los refranes: el incremento de las horas de luz y de la temperatura nos trae la alegría, sí, pero también la alergia, que es la alegría con la sangre alterada, es decir, con las letras revueltas.