Ciencia y tecnología

Un psicólogo optimista y un filósofo animalista, premios Fundación BBVA

El Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en Humanidades y Ciencias Sociales ha sido concedido a Steven Pinker (Universidad de Harvard) y Peter Singer (Universidad de Princeton) por haber realizado innovadoras contribuciones académicas en el ámbito de la racionalidad y en el dominio de lo moral, respectivamente, que han logrado un amplio impacto en la esfera pública

La psicología positiva y la ética fomentan el progreso humano / Iván Jesús Cruz Civieta

Peter Singer ha demostrado el valor de los animales como unos seres con los que los humanos compartimos mucho, y Steven Pinker siempre ha defendido el papel de la Psicología positiva para lograr el progreso de la humanidad”.

Ambos científicos trabajan en Estados Unidos, en dos de las mejores universidades del mundo: Princeton y Harvard, respectivamente, y acaban de recibir el premio Fundación BBVA de Humanidades y Ciencias sociales.

Para ellos, la ética y el pensamiento racional son de los grandes motores de la humanidad.

“Steven Pinker” –detalla el jurado– “ha compaginado logros muy destacados en psicología cognitiva evolucionista con análisis sumamente perspicaces de las condiciones del progreso humano. Su visión de este progreso ofrece una perspectiva optimista anclada en la razón, la ciencia y el humanismo”.

La presidenta del jurado, Carmen Iglesias, catedrática de Historia de las Ideas y Formas Políticas de la Universidad Complutense de Madrid, directora de la Real Academia de la Historia y académica de número de la Real Academia Española, ha destacado sobre los premiados que “a ambos pensadores les une la profundidad, la brillantez, el empleo de la racionalidad y el avance de un progreso moral que han sabido destacar en sus libros y han extendido a toda la sociedad”.

José Manuel Sánchez Ron, catedrático emérito de Historia de la Ciencia en la Universidad Autónoma de Madrid y académico de número de la Real Academia Española ha señalado que “son dos pensadores muy distinguidos: por mirar a aquello que pueda servir para la mejora de la sociedad; en el caso de Singer, centrado en la consideración ética de los animales, entendiéndolos como unos seres con los que los humanos compartimos mucho, y en el caso de Pinker, combinando una serie de disciplinas, desde la psicología al pensamiento evolucionista, pero de nuevo también pensando en el progreso de la humanidad”.

El filósofo de los animales

Sobre Peter Singer, el acta destaca que es uno de los filósofos morales aplicados más influyentes de la actualidad: “marcó un punto de inflexión al extender y fundamentar la ética aplicándola al dominio de los animales, con notables consecuencias para la legislación internacional sobre el bienestar animal y el progreso moral”.

En palabras de Luis M. Valdés Villanueva, catedrático de Lógica y Filosofía de la Ciencia de la Universidad de Oviedo y nominador del filósofo galardonado, “existe un antes y un después de Singer en la consideración moral de los animales. Está fuera de discusión el enorme impacto que ha tenido en la fundamentación de los movimientos en favor del bienestar animal y en las legislaciones que se han desarrollado en varios países para garantizarlo”.

El poder de la racionalidad

La mayoría de las personas, advierte Steven Pinker, construyen su imagen de la realidad a partir de las noticias – generalmente una sucesión de crímenes, conflictos y catástrofes terribles – con las que les inundan todos los días a través de los medios de comunicación. Sin embargo, el catedrático de Psicología de Harvard ha dedicado buena parte de su obra a demostrar hasta qué punto esto distorsiona nuestra percepción del mundo y de las capacidades del ser humano.

“Las noticias nos engañan sistemáticamente”, afirma, “porque son un sondeo aleatorio de las peores cosas que han ocurrido en el planeta Tierra en un día cualquiera. Esto alimenta nuestro sesgo de disponibilidad, es decir, lo que es fácilmente accesible a nuestra mente es lo que pensamos que es más común o recurrente, y por ello al leer continuamente sobre ataques terroristas, hambrunas y guerras, pensamos que se están incrementando. Pero si cambias tu percepción del mundo pasando de las noticias a los datos, descubres que en realidad la situación del mundo es mucho mejor de lo que creías”.

Frente a la visión catastrofista que, según su visión, predomina, no solo en los medios sino también en muchos círculos del mundo académico, Pinker ha defendido – y documentado – a lo largo de su trayectoria el poder de la racionalidad como principal fuerza impulsora del progreso material y moral de la sociedad.

“Las cosas buenas”, explica, “suelen lograrse gradualmente, como que cada día 137.000 personas se liberan de la pobreza extrema. Al mismo tiempo, hay muchas cosas que no ocurren, como por ejemplo todas las regiones del planeta donde no hay una guerra en estos momentos, que no están recogidas en las noticias, pero sí pueden visibilizarse con datos”.

Pinker admite que tenemos “algunas motivaciones desagradables programadas por la selección natural: la tendencia a la dominación, la venganza o la capacidad para la crueldad o el sadismo”. Al mismo tiempo, sin embargo, poseemos “una capacidad para la racionalidad”, aunque “lo que nos ha proporcionado la naturaleza son los rudimentos, las semillas” que deben cultivarse. Por ello, para Pinker lo que impulsa el progreso es el desarrollo de los ideales, valores e instituciones que “potencian nuestra racionalidad” y nos proporcionan “la capacidad para inhibir y reprimir nuestros instintos más oscuros”.

Defensa de los ideales

En sus últimos tres libros – todos ellos grandes éxitos editoriales a escala internacional – Pinker ha presentado un potente alegato en defensa de la racionalidad humana como motor del progreso, documentando los avances que se han logrado a lo largo de los últimos siglos en todos los principales indicadores de bienestar.

Cuando Pinker habla de las “instituciones ilustradas” que hacen aflorar lo mejor de la naturaleza humana, se refiere a los gobiernos democráticos con separación de poderes, el estado de derecho, las universidades, hospitales, centros de investigación y sociedades científicas que generan y difunden el conocimiento validado, la prensa libre que vigila los abusos de poder, así como las instituciones políticas internacionales, como la ONU y la Unión Europea, que promueven la cooperación internacional a escala global. “Estas son las instituciones que nos hacen colectivamente más inteligentes que cualquiera de nosotros de manera individual, y al mismo tiempo incentivan nuestra cooperación, con cada uno de nosotros haciendo pequeños sacrificios para aumentar el beneficio colectivo de todos”.

Javier Gregori

Javier Gregori

Periodista especializado en ciencia y medio ambiente. Desde 1989 trabaja en los Servicios Informativos...

 
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