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El Partido Demócrata de Italia, equivalente al PSOE, nombra a una mujer como líder por primera vez en su historia

Elly Schlein, de 37 años, es también la secretaria general más joven de la historia del partido socialdemócrata tras ganar las primarias de forma inesperada

La nueva líder del PD de Italia, Elly Schlein / MASSIMO PERCOSSI (EFE)

Roma

La victoria por sorpresa de la joven Elly Schlein en las primarias del progresista Partido Demócrata (PD) coloca a dos mujeres antagónicas al frente de la política italiana, habitualmente liderada por hombres, y en muchas ocasiones machistas, pero que desde hace cuatro meses cuenta con una primera ministra, la ultraderechista Giorgia Meloni.

"Ella tendrá éxito donde yo fracasé", dijo el secretario saliente, Enrico Letta, quien este lunes ha pasado el relevo a Schlein, cuya victoria se convirtió el domingo en una sorpresa, pues todas las encuestas y las elecciones realizadas con anterioridad en los círculos del partido daban como ganador al otro candidato, el presidente de la región de Emilia Romaña, Stefano Bonaccini. Schlein pasa así a ser la primera mujer líder del PD.

"Ahora unidos para volver a ganar", subrayó Schlein en su primer discurso de madrugada, en el que prometió que el Partido Demócrata será un "problema para el Gobierno de Meloni". "Solo así trabajaremos juntos para volver pronto a ganar juntos. Les pido que también lo hagan. Tengo una gran responsabilidad para mantener unida a nuestra comunidad. Las puertas están abiertas, están abiertas de par en par. Tenemos que remendar las fracturas que han surgido a lo largo de los años. Por eso estamos aquí", concluyó.

La elección de Schlein, de 37 años, del ala más izquierdista y moderna del partido y quien ha sido nombrada este lunes secretaria general del PD, ha roto todos los pronósticos al despertar el entusiasmo en los votantes de izquierdas: representa un cambio necesario en un partido líder de la oposición en neta decadencia y que tocó fondo en las últimas generales, en septiembre pasado, cuando no llegó al 20% de los votos.

En esas elecciones arrasó Meloni, quien asimismo simbolizaba un cambio importante, como mujer y también por sus 45 años entonces, por debajo de la media de edad de los políticos hombres que hasta ahora han relegado a espacios secundarios al sexo femenino.

"Tener por primera vez a dos mujeres al frente de los dos principales partidos representa sin duda la superación de un umbral invisible pero hasta ahora infranqueable en un contexto político que siempre ha estado fuertemente dominado por hombres, y machistas", asegura a Alberto Vanucci, profesor de Ciencia políticas de la Universidad de Pisa.

Esta ruptura del "techo de cristal" de la política italiana no solo es importante por lo que supone hoy, sino por lo que puede impulsar en una sociedad como la italiana donde existen todavía muchos comportamientos machistas generalizados. Según el último informe sobre el Índice Global de la Brecha de Género del Foro Económico Mundial, Italia ocupa el puesto 63 de 146 países encuestados, mientras que en la política los datos no son mucho mejores, al menos históricamente.

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En los últimos 25 años, ha habido una media de unas 4,5 ministras por gobierno, según el think tank de estudios sociales Tortuga, mientras que solo el 6,56% de los primeros ministros, ministros y subsecretarios que han jurado su cargo han sido mujeres. Por eso, "su presencia en los altos cargos puede iniciar un 'círculo virtuoso' en la política italiana", según Vannucci.

"Por un lado porque con su ejemplo exitoso pueden inducir a otras mujeres a movilizarse en un compromiso político hasta ahora considerado sobre todo una 'profesión masculina'; y luego porque su papel de poder puede favorecer un proceso de selección de una nueva clase dirigente más atenta a las cuestiones de género", explica.

Sin embargo, matiza, "es importante -y sobre esta cuestión quizá Schlein, que es abiertamente feminista, sea más sensible que Meloni- que su enfoque de la política refleje una visión abierta, inclusiva y cooperativa, que no se limite a reproducir un enfoque 'machista' y 'testosterónico' de la política con diferentes protagonistas, mujeres en lugar de hombres".

Lo que hoy está claro, y más tras la elección de Schlein, la primera mujer en alcanzar el liderazgo del PD, es que la sociedad italiana muestra una exigencia profunda de cambio, algo que ambas representan simbólicamente, aunque la nueva líder de la oposición italiana sea "la mayor contraposición posible al modelo Meloni".

Ambas vienen de una historia muy diversa, pues la joven líder del PD procede más de movimientos sociales que de la estructura de un partido, al revés de Meloni, una mujer que lleva desde su juventud ligada a la política "tradicional" y que ha conseguido convertir su formación, los ultras Hermanos de Italia (FDI), en la mayor del país.

"Donde Meloni se dice portadora de valores cristianos, con el lema Dios, patria y familia como su referencia, Schlein lo hace de un modelo mucho más amplio: reconocimiento de derechos civiles, máxima apertura a la diversidad en el ámbito de genero", explica Vannucci. Y "si Meloni se define italiana, Schlein, ya como se ve su nombre, tiene una proyección cosmopolita, profundamente europeista", dice el politólogo sobre la líder del PD, suiza de nacimiento, con padre estadounidense y madre italiana.

Sin olvidar que la primera ministra, en uno de sus mas famosos discursos, reivindicó que era madre, mientras Schlein "defiende orgullosamente no serlo y tener preferencias sexuales no heterosexuales". Una contraposición directa que sin embargo (o por eso mismo) ha catapultado a Schlein a la cima de la política con Meloni, que ayer fue una de las primeras en felicitarla: "Espero que la elección de una mujer joven para dirigir el partido pueda ayudar a la izquierda a mirar hacia adelante y no hacia atrás", dijo.

 
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