20 cartas de amor y un alegato sobre el orgasmo femenino firmado por la amante de Víctor Hugo en el siglo XIX

El música Juan Luis Guerra, en la canción, “Carta de amor”, nos da recomendaciones sobre cómo escribir una carta de amor. Hasta incluye referencias a los signos de puntuación mientras va relatando la actualidad de los 90. El tema resulta muy oportuno en la semana de San Valentín, ese gran invento comercial dedicado a los enamorados, que nosotros vamos a celebrar desde otro punto de vista: a través de cartas y canciones de amor.

El género epistolar amoroso es sin duda, uno de los más importantes, hay muchísimos libros que recopilan cartas de este tipo, monográficos de personajes concretos. Cuando uno no está muy inspirado, puede hacer como el protagonista de El Cartero de Neruda de Antonio Skármeta, que envía a su amada cartas con poemas de Neruda, eso sí, recomiendo citar siempre al autor original. En la plaza de Santo Domingo de Ciudad de México, todavía quedan, algunos escribanos, figura que desde hace más de 100 años escriben cartas de amor y otros documentos por encargo. Los latinoamericanos tienen un don especial para hablar de amor. Son públicas cartas de Pablo Neruda, Rubén Darío, Julio Cortázar, Alfonsina Storni, Frida o Mario Benedetti que define una carta de amor en el poema "Amor vendimia" como "un informe de la ausencia".

Prácticamente todos los grandes escritores de la historia tienen correspondencia amorosa a la que asomarse: Borges, Fitzgerald, Machado, Emily Dickinson, Dickens, Lorca, Emilia Pardo Bazán, Galdós o Pessoa que “todas las cartas de amor son ridículas”, pero las escribió a un amor que conoció en la imprenta mientras trabajaba redactando cartas comerciales. Kafka, a pesar de que a priori no cumple con el prototipo de galán, escribió cientos de misivas amorosas. Pero a su estilo, atormentado, muy creativo. Sus cartas nos enseñan que hay miles de maneras de escribir sobre amor: "La otra noche te soñé, es la segunda vez. Un cartero me traía dos certificadas tuyas y me entregaba una en cada mano con un movimiento magníficamente preciso de los brazos que saltaban como émbolos de una máquina a vapor. Eran cartas mágicas", escribe.

La historia de amor epistolar de película de la actriz gallega María Casares y Albert Camus

Otros que escribieron su propia novela de amor por carta fueron la actriz gallega María Casares y Albert Camus, que era un gran seductor, con cierto parecido al actor Humphrey Bogart. En la década de los 50 tuvieron una historia de amor clandestino -él estaba casado- que duró 15 años e intercambiaron más de 1.000 cartas. Las hizo públicas la hija del escritor que contó que recibió muchas presiones para publicarlas, al final aceptó como homenaje. Se conocieron en París donde la actriz se tuvo que exiliar por la dictadura de Franco, era hija de un ministro de la República. Su historia fue de película. Camus falleció en un accidente de coche a los 46 años y con el tiempo se ha descubierto que no fue su única amante. Ella rehízo su vida pero siempre con su gran amor en la memoria. Parte de la vida de Casares fue novelada por Manuel Rivas en "Os libros arden mal".

Cartas de amores prohibidos

Las cartas compartidas entre amores prohibidos es un tema que da para mucho más allá de la infidelidad. Ilustran amores entre personas de distinta condición social, raza o sexo que la sociedad negaba la posibilidad de estar juntos. A Oscar Wilde, como ya avanzamos en su especial, las cartas compartidas con su amante le costaron la cárcel. Son muy interesantes las de la escritora y Premio Nobel chilena, Gabriela Mistral, con su joven secretaria. En España, las de Gloria Fuertes con su profesora de inglés que son muy divertidas, ella decía eso de "me nombraron patrona de los amores prohibidos" o las de Virginia Wolff con su amante Vita.

Los músicos y el amor, más allá de las canciones también dan para mucho. Las de Bob Dylan, destinadas a su novia de instituto, se vendieron en 2022 por miles de euros a una prestigiosa librería de Oporto que las pondrá a disposición del público. Una carta de Johnny Cash fue elegida como la carta de amor más bella del mundo en una encuesta en Reino Unido:

“ Envejecemos y nos acostumbramos el uno al otro. Pensamos que nos gusta. Leemos nuestras mentes. Sabemos lo que el otro quiere sin preguntar. A veces nos enfadamos un poco. Quizás en ocasiones damos al otro por asegurado. Pero de vez en cuando, como hoy, reflexiono y me doy cuenta de lo afortunado que soy por compartir mi vida con la mujer más grandiosa que jamás he conocido ”.“Todavía me fascinas y me inspiras".

De compositores clásicos destaca la correspondencia de Beethoven y sobre todo de Mozart. Las que envió a su prima para seducirla son muy escatológicas, con su mujer fue más comedido pero se nota que era un personaje muy particular:

En este mismo instante he recibido tu querida carta y estoy encantado de oír que te encuentras bien y de buen ánimo. Estoy encantado de que tengas buen apetito, pero cualquiera que devore mucho, también tiene que cagar mucho... no, andar mucho, quiero decir. Pero no me gustaría que dieras largos paseos sin mí. Te ruego que sigas mi consejo con exactitud, porque sale de mi corazón. Adiós, mi amor, la única. Pesca en el aire... esos ¿2999? besitos que están volando hacia ti, esperando que alguien los coja.

De las cartas desesperadas de Napoleón a Josefina a los textos escatológicos de Mozart

Luego están las cartas firmadas por políticos, reyes o grandes estrategas como Napoleón que dibujan todas sus caras. Se conservan más de 30.000 cartas de su autoría, sobre asuntos militares, políticos, amorosos. Tuvo dos esposas, varias amantes y destaca como no, su relación epistolar con Josefina. Ella era seis años mayor que él, viuda, todo un escándalo en la época, mintieron sobre su edad para celebrar su boda a la que Napoleón llegó, por cierto, dos horas tarde. Durante las campañas militares, Napoleón siempre sacaba un rato para redactar cartas algo cursis y desesperadas.

Es curiosa también la vinculación del género con los filósofos. Hay muchos ejemplos pero destaca una carta de la filósofa francesa Simone Weil que se lee en institutos de todo el mundo y que envió a una alumna cuando le preguntó sobre el amor. Activista política, perteneció a la resistencia francesa en la Segunda Guerra Mundial, ayudó a los republicanos en España. Además de publicar tratados filosóficos y sociales, fue profesora. Otra filósofa contemporánea francesa, Simone de Beauvoir, también tiene una correspondencia amorosa muy interesante, con su pareja, el filósofo Jean- Paul Sartre, y con sus amantes. Estos dos filósofos fueron pioneros, sin ningún pudor público, en esto que hoy conocemos como poliamor.

La historia del libro "Cartas eróticas" de Nicolas Bersihand

Por otro lado, acaba de publicarse el libro "Cartas eróticas. Las joyas epistolares más íntimas y pasionales de las grandes figuras de la historia" -Ediciones B- un escritor de origen francés afincado en Madrid, llamado Nicolas Bersihand que recopila correspondencia vinculada con la sensualidad y el sexo. El escritor, que fundó una editorial especializada en correspondencia en París, publicó también "Cartas a la madre" hace un año. Su nuevo proyecto recoge cartas de personajes conocidos, como Quevedo, pero también historias más desconocidas como la de una mujer anónima que firmó la mayor correspondencia erótica de la historia o la de la amante de Víctor Hugo, Juliette Drouet, que escribió una misiva dedicada al placer femenino y al orgasmo espléndida que arranca así: "Me preguntas qué clase de placer experimentamos nosotras, pobres mujeres. Ya iba siendo hora de que te preocupases por eso, mi querido Toto, ¡siempre tan apresurado! Al cabo de cabo de los años espero más a menudo el séptimo cielo....".

Ya lo decía Joan Margarit en su poema: “No tires cartas de amor” cuyo último verso dice: "las cartas de amor que habrás guardado serán tu última literatura".