Cinco herederos de Carlos Saura
El cineasta odiaba la palabra maestro, pero ha ejercido ese papel en la carrera de algunos de los cineastas más importantes, como Carla Simón o Bong Joon-ho

Carlos Saura en 1966 (Photo by Gianni Ferrari/Cover/Getty Images). / Gianni Ferrari

A Carlos Saura no le gustaba que le llamen maestro. "Soy maestro, pero sin discípulos". Algo que no es cierto, puesto que muchos directores y directoras mencionan el cine de Saura como referente. Sin ir más lejos Bong Joon-ho, ganador del Oscar y la Palma de Oro con Parásitos, J.A. Bayona, Julia Ducournau o Carlos Vermut han mostrado su admiración. Saura es uno de los directores españoles, con permiso de Buñuel, su adorado maestro y amigo, más conocidos en Francia. La escritora Annie Ernaux lo menciona en sus libros. Ella iba al cine a ver las películas de Saura. También otra autora francesa de una generación posterior, Delphine de Vigan, habla de Nadie quiere la noche, del cine de Saura. Un cine psicoanalítico, basado en la familia como principal elemento desestabilizador de la sociedad y el ser humano. Algo que está presente en el estilo de ambas escritoras.
Por eso no es de extrañar que directoras y directores franceses citen películas de Saura. Lo hacía hace poco Julia Ducournau, la flamante ganadora de la Palma de Oro con Titane. El cine de la francesa parece, a priori, alejado del retrato del aragonés, ya que mezcla géneros y usa el terror para hablar del cuerpo, pero hay en sus dos películas realizadas hasta el momento, Crudo y Titane, una mirada interior a los personajes y a las dinámicas familiares que tienen algo de ese Saura de los años 70, preocupado por una violencia interior.
El cine francés ha querido a Saura. También el italiano. Ese amor ha sido correspondido. Ahí está su colaboración con Vittorio Storaro, el director de fotografía italiano. Además, las primeras películas del director aragonés bebían del neorrealismo. Después su cine se volvió algo más rompedor, bebiendo de eso que hacían en Francia Truffaut y Godard, con quienes coincidió en Cannes durante el mayo francés. Competía por la Palma de Oro, no sabemos si hubiera ganado o no, de haberse celebrado el certamen, que se canceló por las protestas de los directores de izquierdas, entre ellos, el propio Saura y su actriz, Geraldine Chaplin. Por cierto, que su relación con la hija de Charlot y su prestigio internacional hicieron que Kubrick eligiera a Saura para dirigir la versión doblada de sus películas, entre ellas El resplandor.

Carlos Saura, maestro y referente del cine español
38:23
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Ducournau no es la única. Otros directos que se mueven en el cine de género suelen tener a Saura entre sus directores predilectos. Por ejemplo, el coreano Bong Joon Ho. Ganador del Oscar y de la Palma de Oro con Parásitos, era habitual en las entrevistas escucharle hablar de Carlos Saura y de su cine. También de Almodóvar. Tenerles como influencias. Quizá haya algo de humor negro en común entre Mamá cumple cien años y Parásitos. Otros de los admiradores confesos de Saura son Jota Bayona, el director de El orfanato, Lo imposible, Jurassic World o El señor de los anillos, y Paco Plaza, director de Verónica y La abuela.
Seguimos bajando de edad. Los nuevos directores, de esta generación llamada, como en su día estuvo la de Saura, a cambiar el cine español, también reivindican al director de Ana y los lobos. Lo hace Carla Simón, que homenajea, de alguna manera, en Alcarràs, película ganadora del Oso de Oro en Berlín, al cine del aragonés. "Fíjate que yo vi algo de Cría cuervos con esa niña en Alcarràs", decía Carlos Saura en el pasado Festival de Málaga, donde Simón entregaba un premio honorífico a Saura. El modo de rodar con niños ha influido a la directora catalana, tanto en Verano 1993, como en Alcarràs.
Algo de Saura hay también en el cine de la oriolana Elena López Riera, que ha debutado con El agua. Esa estética de descampado que Saura mostró en Los golfos o Deprisa Deprisa tiene cierta relación con la España de las afueras que muestra la directora, que estuvo en Cannes con su ópera prima. La familia como maldición heredada es otro de los temas que ambos comparten.
Llegamos a Carlos Vermut que con Magical Girl, película ganadora de la Concha de Oro, indagó en eso que tan bien hacía Saura: hacer modernas las tradiciones culturales españolas. Además, Vermut coge la parte más retorcida de los personajes creados por el director aragonés, el uso de espejos en los planos y el fondo psicológico de seres marcados por una obsesión.

Pepa Blanes
Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...