La empresa que monitoriza el sueño de sus empleados para aumentar su productividad: ¿cuál es el límite de la tecnología en el trabajo?
Charlamos con el director en España de la empresa que ha monitorizado el sueño de sus empleados para premiar el descanso y aumentar su productividad y nos vamos hasta el Madison Square Garden de Nueva York: la empresa que lo gestiona usa el reconocimiento facial para vetar la entrada a quienes considera 'enemigos'
Las fronteras de la tecnología en el trabajo
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Madrid
El centro de espectáculos más conocido del planeta, el Madison Square Garden en Nueva York, ha comenzado a utilizar cámaras de reconocimiento facial para impedir la entrada a sus instalaciones a clientes a los que califica como “enemigos”.
Son abogados que se han querellado contra su dueño o críticos que han mostrado opiniones contrarias al estadio o a su propietario están viendo como los guardias de seguridad les impiden la entrada. "No hay una finalidad legitima, no les puede prohibir la entrada como consumidores", explica en 'Hora 25 de los Negocios' el experto en derecho laboral, Adrián Todolí.
"Estados Unidos es mucho más permisiva a la hora de controlar y recoger datos, pero en Europa estaría prohibido", señala Todolí. En el caso de España, aunque el propietario puede reservarse el derecho de admisión, hacerlo iría en contra del articulo 24 de la Consistución.
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Su Consejero Delegado ha sido obligado por los tribunales a aceptar a esos clientes incómodos, pero James Dolan asegura que la tecnología es tan potente que la seguirá utilizando para negar la entrada a los que denomina como “enemigos del Madison”. Preguntado por si habrá marcha atrás a esa prohibición, responde: “en absoluto”. ¿Dónde está el límite de la tecnología? ¿Se puede negar la entrada a clientes incómodos?
Otsuka Pharmaceutical España, el control del sueño
La filial española de la empresa japonesa ha puesto en marcha el proyecto Dreamland. Se trata de un plan voluntario al que se han acogido ya 60 empleados a los que se da una pulsera Fitbit que realiza un control del sueño. Los empleados que más descansan y que demuestran sueño profundo pueden obtener días libres a cambio.
Su director general, José Manuel Rigueiro, asegura que él mismo se ha sometido a ese programa y ha aumentado 20 minutos al día la duración de su sueño y defiende ese control con el argumento de que se vela por la salud de los empleados. Pero la compañía reconoce que busca ampliar la productividad de los empleados, afirmando también que “apostamos por recorrer el camino menos transitado para ofrecer resultados extraordinarios”. ¿Dónde está el límite de la tecnología? ¿Puede mi empresa meterse en mi cama? ¿Ese consentimiento voluntario lo es realmente?
Nómadas digitales
Frente al control que pueden realizar los empleadores, los empleados pueden también aprovechar la tecnología para pasar años fuera del trabajo. El concepto del teletrabajo permanente es tal que ha dado lugar a los conocidos como “nómadas digitales”, hasta 35 millones de personas que viven más de un año fuera del puesto de trabajo y que, en el caso de España, cuentan con legislación ad hoc para acomodarlos.
Pero también aquí se plantea la misma pregunta: ¿dónde está el límite de la tecnología? ¿Pueden afectar al precio del alquiler o a la tributación nacional empleados que, técnicamente, no residen en España?
¿Prescindir de las reuniones de trabajo aumenta la productividad?
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