Michelín
"Michelín es una de esas marcas registradas que se popularizaron hasta el extremo de llegar al diccionario, pero tiene una peculiaridad. No acabo siendo el nombre común de cualquier neumático, sino que, por alusión al muñeco regordete con que se anunciaba la marca, acabó nombrando esas señales abdominales que deja el sobrepeso en nuestro cuerpo. Un epónimo en toda regla"
Madrid
Michelín es una de esas marcas registradas que se popularizaron hasta el extremo de llegar al diccionario, pero tiene una peculiaridad. Otras marcas, por ser pioneras o por su gran venta, acabaron convirtiéndose en paradigma de productos semejantes: la aspirina, de cualquier analgésico; el potito, de cualquier puré infantil; la túrmix, de cualquier batidora; y los clínex de cualquier pañuelo de papel... Sin embargo, michelín no acabo siendo el nombre común de cualquier neumático, sino que, por alusión al muñeco regordete con que se anunciaba la marca, acabó nombrando esas señales abdominales que deja el sobrepeso en nuestro cuerpo. Un epónimo en toda regla.
Más información
Los académicos se pusieron tan finos como yo acabo de hacerlo cuando introdujeron la palabra en 1992 y la definieron como “el pliegue de gordura que se forma en alguna parte del cuerpo”. En la última edición del diccionario, el académico encargado de la revisión no se anduvo con matices y definió michelín con una sola palabra: lorza. Por supuesto, esta palabra da nombre también a las estrellas con las que la Guía Michelín premia desde 1929 a restaurantes de excelencia. Y es raro que, ya que la palabra está en el diccionario, no se incluya una nueva acepción que las defina.
