'La Ruta' mucho más allá del "parquineo, el tunning y las pastillas"

Madrid

Documentales, biopics, series de ficción... El mundo audiovisual es a lo que la gran mayoría acudimos cuando queremos desconectar, descubrir o, simplemente, pasar un buen rato. Pero, ¿qué tienen en común todos los formatos? Parece que la tendencia actual es mirar desde presente al pasado: volver a la década de los 90 y los 80.

"El presente es como ir en un tren yendo hacia atrás, el presente si miras al paisaje es todo borroso. Los hechos según se van alejando se van asentando y ese es el ejercicio que hacen estas series", describe Nuño Domínguez.

En los últimos meses los mayores éxitos del panorama audiovisual en España transcurren en otra época: el biopic 'Cristo y Rey' sobre la vida del domador y la vedette transcurre en 1979, la serie documental 'Arny, historia de una infamia' que narra la caza de brujas y el revuelo mediático de este caso en 1996 y la serie de ficción 'La Ruta', que nos transporta a la movida valenciana en un recorrido inverso de doce años y que, además, este sábado se ha hecho con el premio Feroz a mejor serie dramática, a mejor guion y a mejor actriz principal (Claudia Salas).

'La Ruta', un vistazo retrospectivo de narrativa inversa hacia la movida valenciana

Borja Soler es uno de los creadores de esta serie y reconoce que uno de los objetivos era reivindicar ese movimiento social y cultural que durante muchos años ha estado vilipendiado. "Durante esos años, y unos años después, se hablaba de la Ruta desde una perspectiva muy oscura, casi criminal. Los accidentes de tráfico, el consumo desenfrenado de drogas, la presión política y policial a esa escena... Pero desde hace unos años, y sobre todo a partir de ensayos como el libro 'En éxtasis' de Joan Oleaque. Se hace un análisis más allá de todo aquello, que existió y formó parte de la escena, pero viene de otro sitio... De una efervescencia cultural y de vanguardia de finales de los 70, y sobre todo, a partir de los 80", explica el director.

Aunque no en todas partes se tiene esa imagen, quienes han vivido la Ruta destroy de cerca, sea por haberla vivido o por conocer a alguien cercano no tiene ese estigma. "En Valencia siempre se ha defendido la Ruta, yo creo que hay algo de identidad propia". De hecho comparte la visión de Joan Oleaque: "La fiesta fallera es la fiesta por antonomasia... Esa idea tan nuestra de gastarnos el dinero en hacer algo artístico durante un año, después prenderle fuego y al año que viene volver a hacerlo. Tiene mucho que ver con este tipo de fiestas", cuenta el director.

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Esta serie de Caballo Films y Atresplayer Premium, protagonizada por Àlex Monner, Claudia Salas, Ricardo Gómez y Elisabet Casanovas; hace un repaso por esa época a través de doce años y siete nombres propios, las discotecas que marcaron la década de los 80: Puzzle, N.O.D., Actv, Espiral, Spook, Chocolate y Barraca. La música es uno de los ingredientes principales de esta producción, pero tal y como señala Soler: "La serie más allá de trasladarnos a la historia de esos personajes y a esa época, intenta crear ese marco donde todos nos reconocemos, incluso como país".

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Nacho Carretero coincide con la visión de Soler: "Si alguien en el 89 o el 90 propusiese hacer una serie sobre la Ruta lo hubiera tenido muy difícil, no solo por la estructura que había de ficción entonces. Estaba teniendo lugar, la gente que lo estaba viviendo tampoco era consciente de qué representaba de forma cultural y social. Necesitamos que pasen unas décadas para poner todo en orden y ver qué estaba pasando".

Aunque la década de los 80 en España ha sido explorada por otras ficciones el telón de fondo suele ser la movida madrileña y no la valenciana. "La movida madrileña estaba pasando en la capital, eso es muy diferente a lo que estaba pasando en Valencia. Las discotecas estaban a la afueras de la ciudad y conecta muy bien con lo rural. La gente de los alrededores de estas discotecas, de Sueca, de Perelló... Era gente que no tenía acceso a este tipo de música, no había prácticamente tiendas de discos de importación. Esas discotecas se convirtieron en centros culturales donde escuchar música que se estaba escuchando en otros países", explica Borja Soler. Una de las grandes sorpresas que descubrieron durante el proceso de documentación es que en esas discotecas había música en directo, conciertos de artistas internacionales de la talla de The Stone Roses, que el primer concierto que dieron en España fue en una de esas discotecas de Valencia.