Sundance 2023 | 'Pretty babby, Brooke Shields', de niña sexualizada a víctima de Hollywood
La actriz, mito erótico de los ochenta y noventa, cuenta en un documental que fue violada por un productor y cómo luchó para dejar de ser objeto de deseo y convertirse en actriz
Park City
Los límites de los niños actores son muy complejos y peligrosos, dice la actriz Drew Barrymore en uno de los documentales presentados en el Festival de Sundance, Pretty Babby, Brooke Shields. Barrymore sufrió en sus propias carnes el éxito temprano, pero pudo recomponer su carrera. "Brooke Shields era una inspiración", dice la actriz de Los Ángeles de Charlie y E.T. Es uno de los testimonios que complementan esta película, dirigida por Lana Wilson, la directora del documental sobre Taylor Swift, Miss Americana. También aparece Laura Linney, amiga de la infancia de Shields.
Brooke Shields está aquí en Park City contando lo que fue para ella convertirse en una niña actriz. Empezó desde que era un bebé. "Cuando salí del hospital supe que iba a ser una estrella, era guapísima ya recién nacida", decía su madre en las entrevistas de sus primeros años, en los ochenta, cuando Shields se convirtió en una niña famosa, que salía en todos los anuncios, en programas de televisión, en entrevistas, para gozo de su madre, una mujer divorciada que nunca obligó a la actriz a hacer nada, pero que prefirió cobrar sin preguntarse si aquello estaba o no bien. Y es que con solo nueve años comenzó su sexualización.
Las fotos de Brooke Shields como modelo infantil empezaron a ser ligeras de ropa e incluso un fotógrafo de Playboy, Garry Gros, amigo de la familia, la retrató desnuda. Unas fotos que se harían públicas años después ya con Shields convertida en una estrella y en una de las mujeres más fotografiadas del mundo. Fue portada de todas las revistas y convertida, siendo menor de edad, en objeto de deseo. Como si nadie hubiera aprendido de las enseñanzas de Navokov. Representaba la feminidad de una época, algo de lo que ella no era consciente. "Yo solo hacía lo que me decían, no sabía qué pasaba alrededor", cuenta a cámara la actriz, que aparece en el documental acompañada de su familia, su marido y sus hijas.
"Usamos el sistema para tener una vida mejor", cuenta la actriz sobre su madre que pudo comprar una casa y un coche gracias a su trabajo. Un ejemplo de cómo el sueño americano, cuando no funciona, te lleva a caminos algo oscuros, con el sexo como reclamo. No le guarda rencor, pero sí reconoce que le hubiera gustado que hubiera pensado en los prejuicios de todo eso. Por un lado, fue educada en el catolicismo, en ser virgen hasta el matrimonio y, por otro, aparecía en películas y en posturas que incitaban a lo sexual. Por ejemplo, la polémica campaña de Calvin Klein que fue acusada de pornográfica por varios movimientos feministas. "Nada se interpone entre mis Calvins y yo", era el lema de ese anuncio de vaqueros.
Brooke Shields fue a la universidad, veía películas de Fellinni y de Godard, por eso, aceptó enseguida participar en la primera película en inglés del director francés Louis Malle, Pretty baby, que da título al documental. Aparecía desnuda y besando al actor Keith Carradine, de 29 años, cuando ella solo tenía 11. A los 15, apareció en dos películas más, Blue Lagoon y Endless Love, que incluían sexo y desnudos. De hecho, en esta última, rodada cuando solo tenía 16 años, cuenta que el director Franco Zeffirelli fue muy duro y violento con ella para obtener lo que quería de su actuación. "Me agarró el dedo del pie y me lo retorció, así que consiguió así que pusiera una mirada de éxtasis" recuerda Shields emocionada. "Me estaba haciendo daño y yo no quería decir nada, no quería parecer estúpida o mala actriz, así que simplemente hice como que no estaba pasando".
También cuenta cómo todo lo vivió antes en la gran pantalla que en la vida real. Su primer beso fue una ficción. Rodó su primera escena de sexo antes incluso de haber mantenido relaciones sexuales en su propia vida. Su secreto era la disociación, es decir, cuando las mujeres consiguen disociar lo que pasa en su cuerpo de lo que pasa por su mente. Esa técnico es la que puso en práctica cuando la violaron. Reconoce, por primera vez, la actriz, que fue violada por un productor en Los Ángeles.
Ella había decidido parar un tiempo para ir a la universidad, pero cuando estaba a punto de graduarse se enteró de que había un casting para una película y decidió participar. El productor la invitó a una cena de trabajo que acabó en violación. "Yo me dejé hacer, intenté no pensar, que no me hicieran daño y luego irme", cuenta emocionada a cámara. Después de eso, llamó a su amigo y guardaespaldas, que también corrobora el testimonio en la película, para contarle lo sucedido. "Me dijo, te han violado. Yo no lo podía creer", asegura. "Quería borrarlo de mi mente y de cuerpo y seguir en el camino en el que estaba. El sistema nunca me había ayudado, así que me hice fuerte a mi manera, por mi cuenta", añade sobre por qué no había denunciado los hechos.
Además de la parte sexual, la película tiene un enfoque feminista en cuanto a la maternidad y a las relaciones tóxicas. Y es que Brooke Shields fue pareja del tenista Andrea Agassi. "Se ponía celoso y destrozaba la casa, tiraba todos los trofeos enfadado", cuenta sobre el deportista. Se separaron años después y ella se casó de nuevo, tuvo hijas y también depresión por parto. Fue de las primeras famosas en contarlo y en decir que tomaba antidepresivos. Aquello fue muy sonado, no gustó a todos. Tom Cruise la llamó irresponsable y ella le contestó. El documental tiene una puesta en escena sencilla que se apoya en las imágenes y fotografías de la actriz, en sus entrevistas actuales y en psicólogos y expertos que analizan cómo en aquella época se pudo sexualizar así a niñas menores.
Quizá la parte más original sea unir el pasado con lo que ocurre hoy. Por un lado, con la aparición de las redes sociales, sobre todo Instagram, donde la sexualización se hace desde uno mismo, ya no se necesita a la madre que lleve a la niña al cásting, ni a un director que busque una postura sexual. Por otro, con el avance del movimiento feminista que ha hecho que muchas mujeres dejen de ser objeto de deseo y marquen su propia agenda. "He aprendido todo esto de mis hijas", dice Brooke Shields tras una escena familiar desayunando en la que sus hijas empiezan a imitar algunos de sus papeles icónicos. "No sabía que habíais visto mis películas", ríe la actriz que ha conseguido salir de un destino fatal.
Pepa Blanes
Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...