Tormenta
"Tiene la misma raíz latina que tormento: la palabra tormentum. Y es curioso porque ese tormento latino no era en su origen ni una perturbación meteorológica ni una tortura, sino un arma de guerra, semejante a una catapulta, con la que se lanzaban piedras o proyectiles incendiarios contra el enemigo"
Madrid
Anda el tiempo muy revuelto en todo el país por la sucesión de dos borrascas con nombre propio, Gerard y Fien, que están dejando un rastro tormentoso. Y por eso nos fijamos hoy en la palabra tormenta que tiene la misma raíz latina que tormento: la palabra tormentum. Y es curioso porque ese tormento latino no era en su origen ni una perturbación meteorológica ni una tortura, sino un arma de guerra, semejante a una catapulta, con la que se lanzaban piedras o proyectiles incendiarios contra el enemigo. De lo relacionado con esa arma, aún queda el adjetivo tormentario, distinto a tormentoso, en el diccionario.
Más información
Esa lluvia mortal caída del cielo pasó a nombrar más tarde, por analogía, a la perturbación atmosférica violenta acompañada de aparato eléctrico y viento fuerte, lluvia, nieve o granizo, que es como define el diccionario a este fenómeno atmosférico. Y como los caminos de la metáfora son infinitos, hoy tenemos también sentimientos o relaciones tormentosos, tormentas financieras, sociales y políticas, que suelen relacionarse con la acumulación de problemas, y tormentas de ideas, que suelen ser más benignas siempre y cuando, eso sí, los participantes no pertenezcan a una organización criminal.