Esa línea que conecta puntos para añadir inestabilidad al mundo

Madrid

A veces la actualidad va unida por una línea de puntos. Los ultras del partido republicano de Estados Unidos están decididos a boicotear la elección de un presidente republicano de la cámara de representantes. Tienen bloqueado al parlamento pese a que incluso Trump les ha pedido que cedan. Esta madrugada han declinado ir a una séptima votación en vista de que no iba a prosperar.

Hace unas semanas, Bolsonaro dejó crecer protestas frente a los cuarteles contra la elección de Lula en Brasil. En Roma, la iglesia aguarda a que acabe el funeral de esta mañana en la plaza de San Pedro para que crezca una batalla contra el papa Francisco que la figura de Benedicto parecía contener. Los sectores más ultras del catolicismo, singularmente también en Estados Unidos, toman posiciones en este momento en que ya circula la pregunta de si Bergoglio resistirá o renunciará.

En Israel, un ministro ultra fue a la explanada de las mezquitas y abrió un foco de tensión. A veces parece que pueda verse esa línea que conecta puntos para añadir inestabilidad al mundo, en plena época de incertidumbre. Como si aquellos que se presentan como los guardianes de un determinado orden sólo estuvieran interesados, sólo pudieran crecer, en el caos.