El Barça asalta el WiZink y se apunta El Clásico en un auténtico partidazo

El Clásico de baloncesto para empezar por todo lo alto el nuevo año. Un recital de baloncesto entre los grandes como regalo. El festival ofensivo del primer cuarto, pasó a ser defensivo en el segundo y tercero. El ritmo, la intensidad y el espectáculo primaron (hasta que apareció el Instant Replay) y fue al Barça a quien más le duró la gasolina. De ahí a que finalmente se anotasen los azulgranas el encuentro, fagocitados por su poderío ofensivo y los problemas del Real Madrid en defensa en un último cuarto dramático decantado para el Barcelona (78-87).

Clásico disputado... hasta el último cuarto

Empezó el partido con el Barcelona aprovechándose de las pérdidas en campo propio del Madrid para dañar a la contra y dominar el marcador con Vesely y Mirotic como grandes figuras. El Madrid, aún por detrás, incidía con penetraciones envenenadas que lo mantenían cerca.

De los ataques se pasó a las defensas en el segundo cuarto, no sin que eso emborronase el nivel visto en el parquet. La gracia del Barça en campo rival motivó a Chus Mateo a pedir el primer tiempo muerto en el segundo cuarto. Le cambió la cara al Madrid desde entonces, que se hizo grande en las dos canastas, en los rebotes defensivos y al contragolpe, para darle la vuelta al electrónico. Hasta un 11-2 parcial se anotaron los blancos, liderados por Tavares y con Llull encendiendo al WiZink con un triplazo a una mano desde medio campo sobre la bocina del segundo cuarto para dejar el partido 44-42 al descanso. Fue uno de los pocos momentos en los que estuvo el Madrid por delante.

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Higgins rompe el partido

El Barça pisó el acelerador a la vuelta de vesturarios, planteando un ida y vuelta entre el acierto y el error donde castigó más al Madrid que al revés. Los de Jasikevicius revirtieron el partido (57-62) gracias a un parcial de 0-10, al impacto de Sanli y Da Silva desde el banco, a sus rebotes ofensivos, pero sobre todo a Higgins. El californiano lució como estrella, echándose a la espalda los ataques y con una facilidad aplastante, descosiendo la defensa blanca. Quien siempre lució fue Laprovittola, con 19 puntos por los 18 de su compañero, mismas cifras que Tavares. Los puntos del pívot blanco fueron insuficientes. Sin que Chus Mateo pudiera cambiar el partido y sin que este ganase ritmo ante las constantes llamadas de los árbitros al Instant Replay, el Madrid hincó la rodilla en casa en El Clásico.

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