Si nos paramos y recapacitamos

Madrid

Un secretario de Estado norteamericano confesó una vez en una entrevista que lo que más le quitaba el sueño era malinterpretar una decisión o una frase de un interlocutor, porque esa malinterpretación solía desencadenar una catarata de decisiones y contradecisiones incorrectas y cada vez más peligrosas por parte de él mismo y de su interlocutor. Lo difícil era parar, serenarse y recapacitar. Tan difícil que casi nadie lo hace.

Obviamente quien tomó hace cuatro años en el Partido Popular la decisión de bloquear la elección de nuevos miembros del Consejo general del Poder Judicial, y los propios miembros del Consejo que aceptaron continuar en sus cargos pese a haber caducado su mandato, no partían de una malinterpretación, pero sería interesante saber si llegaron a intuir a donde podrían llegar cuatro años después y la gravedad de la crisis institucional que iban a provocar.

Porque si nos paramos, nos serenamos y recapacitamos, llegaremos todos a una misma conclusión. Todo esto se hubiera evitado y se podrían solucionar aun si el Partido Popular aceptara la renovación del Consejo General del Poder Judicial o si todos los miembros del Consejo con mandato caducado decidieran unánimemente seguir a su expresidente, Carlos Lesmes, y marcharse a casa de una vez. Pero para eso hay que tirar del hilo y aceptar que tanto el PP como los miembros del Consejo son los responsables de esta situación.