La particular historia navideña de Sánchez Arévalo

Madrid

Durante años el típico anuncio de Navidad era el del Almendro, también tuvo su momento de gloria el de las burbujas Freixenet, el de Coca-Cola, los de Ruavieja... Pero de un tiempo a esta parte ganan fuerza las campañas de Campofrío, que este año vuelve a estar dirigida por Daniel Sánchez Arévalo. Imaginemos que hoy mismo tuviéramos que hacer testamento, ¿qué tipo de legado dejaríamos? Partiendo de esta hipótesis, Campofrío presentó la semana pasada “La Herencia”, una reflexión sobre el mundo que queremos dejar a las próximas generaciones y que apela al coraje como el mejor legado moral para afrontar cualquier situación incierta.

Durante la conversación con Mara Torres, el director también ha hablado de sus navidades y nos ha contado la historia de sus padres, separados hace treinta años y unidos por las celebraciones: "Estaba rodando Azul oscuro casi negro, era mi cumpleaños y les dije que no tenía tiempo para verlos por separado. A partir de ese momento cambiaron las dinámicas, esas de estar separados y no soportarse, empezaron a hablar y ahora son grandísimos amigos. Eso para mí es muy emocionante"