Una unión insobornable
Manuel Jabois reflexiona sobre las repercusiones políticas de la victoria de Argentina en el Mundial de Qatar
Madrid
Supongo que para los españoles ha sido un ejercicio de nostalgia ver a un país unido de una manera insobornable, literalmente. Además, insobornable por la victoria del Mundial, no por sus efectos de larga duración -porque eso ya se sabe que ni con el fútbol-. Pero sí al menos por la promesa que supone que algo así ocurra de vez en cuando, y que además ocurra no por ningún avance social, no por una conquista política, sino por una tanda de penaltis, es decir, por una pasión, por un amor irracional que se deriva hacia la patria en forma de fútbol. Yo entiendo que a algunos les puede parecer desalentador que tenga que ser así, pero también es cierto que hay una lección ahí de la que aprender. A la gente que le importa lo simbólico, a la gente le importa su país en algunas formas concretas, no todas trascendentes. Y el ejercicio que supone haber visto a Argentina así, como vimos hace 12 años a España, creo que enseña algo que sería interesante desencriptar o, al menos, poder diagnosticar, porque posible, desde luego sabemos que lo es.
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Manuel Jabois
Es de Sanxenxo (Pontevedra) y aprendió el oficio de escribir en el periodismo local gracias a Diario...