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'El tulipán negro', una alegoría sobre la creación artística

Una bella historia de amor, una trama política histórica y el cultivo de tulipanes: un disfrute de principio a fin

'El tulipán negro', una alegoría sobre la creación artística

'El tulipán negro', una alegoría sobre la creación artística

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Alejandro Dumas nació en 1802 y murió en 1870. Fue una figura dominante en la escena literaria del siglo XIX francés. Es el autor de novelas inolvidables como 'El conde de Montecristo', 'Los tres mosqueteros', 'Veinte años después', 'La reina Margot' o 'La guerra de las mujeres'.

Publicada en 1850, 'El tulipán negro' es la última de las grandes novelas históricas de Alejandro Dumas y apareció en un momento de crisis para él. Es una novela maravillosa, que devuelve con creces la inversión al lector. Una bella historia de amor, una trama política histórica y el cultivo de tulipanes. Es un disfrute de principio a fin.

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El triunfo de la justicia

A pesar de su cercanía, en el siglo XIX Holanda les parecía a los franceses un lugar remoto, con sus costumbres peculiares, sus valores protestantes, sus trajes regionales y sus diminutas y pintorescas casas. Según la concepción geográfica de los románticos franceses, el sur de Europa era más importante; España e Italia les atraían mucho más que el frío y puritano norte. Holanda se tenía por una sociedad igualitaria, pues la mayoría de su población pertenecía a una clase campesina relativamente acomodada en el campo y, en las ciudades, a la burguesía adinerada. La Edad de Oro, la época en que Holanda era el país más próspero de Europa y una importante potencia naval, formaba parte del pasado, pero el pueblo holandés seguía disfrutando de un elevado nivel de vida.

'El tulipán negro' trata sobre el triunfo de la justicia, que en lugar de lograrse mediante una fuerza implacable, se obtiene a través de la resignación estoica. El punto de partida es similar al de 'El conde de Montecristo': un joven ingenuo se ve inmerso en las agitaciones políticas de la época por haber suscitado involuntariamente la envidia de un enemigo sin escrúpulos, quien conspira para que lo arresten y lo encierren en la cárcel. En esta ocasión, las virtudes comedidas del Norte reemplazan el temperamento pasional del Mediterráneo, escenario de gran parte de 'El conde de Montecristo'.

Una alegoría sobre la creación artística

El mercado del tulipán es comparable en algunos aspectos al de la pintura y al de otras artes: el precio viene determinado por la rareza del objeto y el valor estético que le otorga el comprador. Se consideraba que los tulipanes exhibían el máximo esplendor de la belleza natural, eran reverenciados como prueba de la maestría de Dios, y se apreciaban porque daban fe del buen gusto y de la riqueza de quien los poseía. Dumas nos presenta a un hombre que se dedica a cultivar nuevas variedades de esta flor, cuya pasión por su trabajo, lejos de ser una forma de locura, lo protege de caer en la insensatez. El tulipán desempeña un papel fundamental en la novela en cuanto al mecanismo de la trama; pero también ejerce una función simbólica en los vínculos que unen a los personajes principales.

'El tulipán negro' puede leerse como una alegoría sobre la creación artística. En ese sentido, durante el encarcelamiento de Cornelius, Dumas describe la lucha solitaria del artista para dar a luz a su obra, con Rosa como musa. Tiene que luchar contra la incomprensión del ignorante y contra la corrupción y la envidia de aquellos que quieren beneficiarse del arte con el único fin de conseguir fama o dinero, así como contra las tentaciones internas o las distracciones de la política y del amor. 'El tulipán negro' es también una novela sobre arte que habla de una cultura que los franceses -y Dumas- conocieron a través de sus artistas.

Dumas era, en el sentido literal de la expresión, un hombre sin estudios, con escasos conocimientos de historia. Empezó a escribir novelas históricas más por accidente que por decisión propia y siempre lo consideró más que nada como un recurso para contar buenas historias. Dumas no pretendía poner su imaginación al servicio del pasado con el objetivo de dilucidar los actos y las motivaciones de personajes históricos; al contrario, recurría a la historia porque le proporcionaba un buen material para sus relatos de ficción. Dumas utiliza los hechos históricos como base de su obra, los embellece y los modifica para encajar en ella lo que se proponga. También introduce personajes de ficción relevantes que sirven de puente con los acontecimientos reales.

Este artículo contiene fragmentos de la introducción de Robin Buss a la edición de Penguin Clásicos

 
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