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“Hay evidencias de violaciones, desnudos forzados o esclavitud sexual en la guerra en Ucrania”

Un equipo de expertos internacionales ha comprobado los crímenes sexuales perpetrados en la ciudad ucraniana de Jersón

Cámara de tortura en Jersón. / Chris McGrath

Cámara de tortura en Jersón.

Desde hace meses están visitando Ucrania expertos internacionales en la investigación de los crímenes de guerra perpetrados por Rusia desde que comenzó la invasión. Su misión es prestar apoyo a los fiscales ucranianos en la búsqueda de pruebas y testimonios que acrediten los hechos, incluidas las agresiones sexuales utilizadas (o no) como arma de guerra.

Julian Elderfield forma parte de un equipo de asesores que acaba de visitar durante tres días la ciudad de Jersón para recabar evidencias específicas sobre estos crímenes sexuales cometidos contra mujeres y contra hombres.

“Lo que hice fue unirme a una organización llamada ‘Global Rights Compliance’, que tiene su origen en Reino Unido y en la Unión Europea, y su labor es asesorar a la oficina del fiscal general de Ucrania a la hora de investigar y perseguir los crímenes de guerra perpetrados contra la población ucraniana en su territorio durante el conflicto en marcha contra Rusia”, explica.

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Estuvo en Kíev durante la mayor parte del tiempo. Fue elegido como uno de los asesores del equipo de la organización y parte del trabajo tuvo lugar en la capital, pero “lo más importante fue lo que trabajamos sobre el terreno la pasada semana en Jersón con la oficina del fiscal general de Ucrania. Nos hemos encargado de realizar una investigación conjunta sobre los crímenes sexuales que se cometieron en Jersón durante la ocupación de la ciudad por parte de Rusia”.

¿Cómo se investigan estos crímenes tan específicos en un contexto tan complicado como el de una guerra?

Siendo honestos, no algo que sea fácil. Sigue siendo una zona de guerra y estábamos rodeados de ataques de mortero, proyectiles de artillería y misiles y francotiradores que entraban y salían al otro lado del río, así que garantizar la seguridad personal es algo muy difícil. Y luego tienes el aspecto concreto de la violencia sexual porque sigue estando bastante estigmatizada en la comunidad y para una víctima resulta difícil reconocer los hechos en este contexto de guerra. Todo esto hace que sea muy difícil la investigación de este tipo de delitos.

¿Y qué se han encontrado?

Los fiscales de Ucrania ya tenían algunas pistas que habían conseguido a través de entrevistas con los testigos y víctimas de estos crímenes en la ciudad que ha sido liberada hace cuatro o cinco semanas. Fue entonces cuando la policía se puso a trabajar y consiguieron identificar a las víctimas de violencia sexual. Nuestra tarea fue trabajar con el fiscal para llevar a cabo investigaciones de seguimiento, entrevistas de seguimiento de esas víctimas, tanto hombres como mujeres.

También trabajamos con charlas en hospitales, clínicas de salud para mujeres y centros de distribución de ayuda humanitaria dando guías a la población y ayudar a la comunidad a que pueda sentirse cómoda para contar sus experiencias durante la ocupación.

Claro porque la situación no brinda a esas víctimas las mejores condiciones para recibir asistencia médica y psicológica adecuada...

Realmente es muy difícil en estos momentos. En ciudades como Jersón no hay o hay muy pocos servicios disponibles para las víctimas de violencia sexual y muchas víctimas se han ido de la ciudad. Se han desplazado dentro de Ucrania para buscar ayuda en otras partes del país en las que la situación sea más estable, pero para las víctimas que se han quedado allí resulta muy difícil recibir ese tipo de asistencia psicológica. Además, hay hospitales que reciben bombardeos diarios, por lo que las condiciones son muy difíciles para los sobrevivientes de violencia sexual y muchos sienten que es demasiado pronto para denunciar o que las condiciones no aconsejan denunciar. Por eso los fiscales y la organización que represento estamos tratando de desarrollar las formas más sensibles de investigación para ellas... para crear las condiciones que les permitan contar lo que ha pasado.

¿Tienen indicios suficientes para acusar a Rusia de utilizar los crímenes sexuales como arma de guerra?

Es demasiado pronto para decir cuál es o cuáles son las intenciones detrás de los delitos, pero nuestra colaboración con la fiscalía ha permitido descubrir evidencias sobre la comisión de crímenes sexuales, violencia sexual y delitos relacionados con el sexo, incluida la violación, desnudos forzados, amenazas sexuales, esclavitud sexual y, en paralelo, hay otros delitos que no están relacionados con el sexo como la tortura, el confinamiento ilegal, deportaciones ilegales...

La policía y el fiscal continúan con el proceso de recopilación de pruebas y luego usarán esas evidencias para desarrollar los expedientes del caso y eventualmente para sacar las conclusiones de esos expedientes y, con suerte, enjuiciar a los autores de estos crímenes.

¿Será posible eso? ¿Será posible enjuiciar a Rusia o a las tropas rusas por estos crímenes?

Aún no está muy claro pero las autoridades fiscales ucranianas esperan que la mayoría de los enjuiciamientos por delitos cometidos por las fuerzas rusas tengan lugar en Ucrania y eso es ciertamente lo que la comunidad internacional está apoyando y esa es la forma más efectiva y eficiente de obtener Justicia para las víctimas.

Sin embargo, también existe el aspecto internacional de los crímenes de guerra y los crímenes contra la Humanidad. Hay que destacar que la Corte Penal Internacional con sede en La Haya también está trabajando en Ucrania y están investigando la comisión de crímenes. Por lo que otra vía posible es que las pruebas recopiladas por la policía y el fiscal en territorio ucraniano pueden entregarse a la Corte Penal Internacional para un futuro enjuiciamiento si los perpetradores de los delitos pueden ser detenidos.

Y ya más en lo personal... ¿qué impresiones se lleva en su visita a Ucrania?

La situación es muy complicada aquí en Ucrania. La gente está muy unida en la defensa de su país. Para mí fue especialmente conmovedor visitar ciudades como Jersón donde la población sufre ataques diarios, bombardeos y ataques con misiles. Y es muy duro ver los edificios bombardeados, es muy difícil recopilar pruebas de este tipo de crímenes y es difícil percibir el impacto de todo esto en la población. Es gente que lleva meses sufriendo una guerra y enseguida pudimos ver cómo gente de Jersón y de Mikolaiv, poblaciones enteras, todavía no tienen acceso a agua corriente, electricidad... Están rodeados de terrenos altamente minados.

Así que los ciudadanos, los civiles de Ucrania, que viven en estas zonas están experimentando grandes dificultades y es muy difícil ser testigo de estos hechos. Al menos, puedo decir personalmente que mis acciones, el trabajo de "Global Rights Compliance", de Reino Unido, de la Unión Europea y de los fiscales ucranianos están avanzando para lograr que los perpetradores de estos crímenes sean enjuiciados.

 
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