Malversar
El verbo tiene muchos sinónimos como desfalcar, distraer, defraudar, robar... o, raseando el balón, llevárselo crudo o sacar tajada
Madrid
Malversar es un verbo que aparece en el Diccionario en 1791. Cinco ediciones y sesenta y cinco años necesitaron los académicos para introducir este verbo. Y no es que antes no se malversara, evidentemente, como con frecuencia nos documenta Nieves Concostrina. En principio malversar era, en general, invertir ilícitamente caudales ajenos que uno tiene a su cargo en usos distintos a los destinados. Con esa definición malversaba tanto el rey o el ministro ladrón como el gerente de una empresa que gastaba en prostíbulos el dinero destinado al pago de salarios, por ejemplo.
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Desde 1936, el diccionario concreta que la malversación no se refiere en general al dinero ajeno, sino específicamente a caudales públicos. Y así se mantiene aún casi un siglo después. El diccionario nos aclara que el verbo se forma a partir de la negación del verbo versar, que no se refiere a hacer versos sino a hacerse experto en el ejercicio legítimo de alguna función.
Es decir, el malversador sería aquel que siendo experto en una función noble dedica su empeño, tiempo y conocimiento en la comisión de innobles delitos. El verbo tiene muchos sinónimos como desfalcar, distraer, defraudar, robar... o, raseando el balón, llevárselo crudo o sacar tajada. Y, en el fondo, matice lo que matice el Código Penal, un buen malversador hace un poco de todo eso.