Declaraciones y comparaciones

Madrid

El 26 de diciembre de 1924 la Sociedad de Naciones aprobó por primera vez una Carta de derechos del Niño. Promovida por una extraordinaria mujer británica llamada Eglantine Jebb, esa primera declaración de derechos decía que el niño debe ser el primero en recibir socorro en caso de calamidad, el niño (y la niña, diríamos hoy) hambrientos “deben ser alimentados; el niño enfermo debe ser atendido; el niño desadaptado debe ser reeducado; el huérfano y el abandonado, recogido. El niño debe ser puesto en condiciones de ganarse la vida, y debe ser protegido de cualquier explotación”. Y, magnifico final de la declaración de 1924, “el niño debe ser educado en el sentimiento de que tendrá que poner sus mejores cualidades al servicio de sus hermanos”.

Pues bien, Save the Children acaba de decir que en estos momentos hay más niños que necesitan asistencia humanitaria que en cualquier otro desde la Segunda Guerra Mundial. Se ha triplicado solo desde 2015. Las guerras, la creciente amenaza de hambrunas, las terribles inundaciones en Asia o el resurgir de enfermedades como el cólera y el sarampión son algunas de las causas de ese aumento. Save the Children necesita 9.700 millones de euros. Elon Musk posee una fortuna personal de 199.000 millones. Es una comparación estúpida, por supuesto.