"Necesitamos justicia, mataron a mis amigos. Ni siquiera las familias saben donde están los cadáveres de sus muertos"

«Todo el mundo ha visto los vídeos que grabamos nosotros y no hay duda de que la mayoría murió por golpes en la cabeza o porque no podían respirar. Es increíble que se crean la versión de Marruecos de que somos unos animales o de España diciendo que no entramos a su territorio. Nunca olvidaré aquello, fue horrible, uno de mis mejores amigos muriendo delante de mí y otros amigos que necesitaban ayuda pero nadie llamó a una ambulancia», denuncia Abu Obaida Yusuf, natural de de Darfur, 25 años. «Nací en 1997, soy de Qreni, del estado de Yenena, crecí allí pero dejé mi aldea por demasiados problemas relacionados con la guerra, abandoné aquello porque nadie puede vivir allí de manera segura», explica con amargura este sudanés, con el que la Cadena SER ha estado en contacto desde los días posteriores a la masacre del 24 de junio. Este refugiado procede de uno de los conflictos más enquistados y conocidos del continente africano, el de Darfur. De allí salió huyendo, primero hacia Chad, dejó su país en diciembre de 2019. Después Libia, un año de trabajo forzoso en minas de oro, en medio del desierto, «siendo maltratados y explotados». La ruta siguió a Níger, allí estuvo más de un mes limpiando coches y lavando ropa para seguir juntando dinero para seguir rumbo a Europa. De Niamey a Argelia, por Tamamraset, después subió hasta la frontera con Marruecos, Oujda, por donde entró finalmente en diciembre del 2021. Tras sobrevivir al peor episodio violento que haya sucedido hasta ahora en la frontera española Yusuf fue expulsado por la Guardia Civil a pesar de que como muestra una foto, que él mismo adjunta, estaba dentro de suelo español aquella mañana del 24J, «yo también escalé las tres fronteras, las vallas, los 3 muros, y conseguí llegar a España, así que cuando llegamos al lado español la policía nos paró y nos dijeron que no podíamos seguir y entonces nos detuvieron con gases, muy fuertes, con esos gases no podías ver y paramos. Pasadas unas horas nos expulsaron a Marruecos a pesar de que muchos dijimos que éramos de Sudán, que queríamos pedir asilo porque en el lado marroquí nunca nos dejaron hacerlo” denuncia el ahora ya solicitante de asilo en nuestro país». Los marroquíes nos llevaron a Beni Melal, estuve allí un mes herido por los golpes de los policías marroquíes. Má tarde me fui a Agadir, buscando la manera de salir de Marruecos hacia España. Me pusieron en contacto con un organizador de viajes en patera en Tan Tan y el 10 de agosto me subí a una patera y crucé a Lanzarote. Era el único sudanés del grupo de viajeros, esas 32 horas de travesía no las olvidaré nunca, llegamos finalmente el 12 de agosto a suelo español y esta vez sin que me expulsaran de vuelta a Marruecos. Después pasé semanas en un centro de Tenerife y finalmente ahora estoy de momento en Madrid« nos cuenta en persona en un encuentro a inicios de octubre en una céntrica plaza de la capital española donde nos muestra orgulloso el comprobante de su solicitud de asilo en España, que formalizó en Tenerife, »gracias a unas abogadas muy buenas y a unos policías que me llegaron a pedir perdón por lo que había pasado en Melilla, señala BYusuf. En un inglés aprendido en el viaje, desde que salió de Darfur, recuerda con todo detalle lo que les sucedió desde que varios días antes de la tragedia la policía marroquí acudió a los bosques donde malvivían, en los alrededores de Nador, para hostigarles con el objetivo de que se fueran de la zona, «cuando estamos allí, la policía vino a la la montaña, empezaron a dispararnos, a usar gas, a golpearnos y tuvimos que huir por los alrededores camino abajo, por la montaña, no sabíamos lo que pasaba... después nos hablaron por unos megáfonos y nos decían: Eh! sudaneses o inmigrantes, tenéis 24 horas para vaciar esta montaña, no os queremos aquí. Les dijimos que no tenemos un hogar en la ciudad, ¿cómo podemos regresar? Les pedimos una oportunidad, necesitábamos ayuda, son muchas cuestiones, pero les dijimos que no somos animales y nos dijeron tenéis 24 horas para cruzar la frontera hacia España o para volver a la ciudad. Ellos se fueron y nosostros regresamos a los montes y nos reunimos nuevamente, esto era el 23 de junio, un día antes del salto, y nos dijimos: ¿qué hacemos ahora? ¿por qué nos dan veinticuatro horas?», se preguntaba en ese momento Abu Obaida. Casi 5 meses después de que al menos 23 de estos jóvenes sudaneses perdieran la vida en el puesto fronterizo español, porque aún no hay un balance oficial definitivo ni de Marruecos ni de España, la polémica sobre esta masacre se ha reavivado por la reconstrucción de los hechos publicada por la «BBC», y por la labor del Defensor del Pueblo y la Fiscalía que mantienen sendas investigaciones abiertas para esclarecer estos graves hechos . Mientras el Ministerio del Interior presume de “transparencia” lo cierto es que ha sido sólo después de reclamar las imágenes la Fiscalía, el Defensor del Pueblo y un grupo de diputados de la Comisión de Interior , cuando hemos empezado a conocer parte del contenido de las imágenes oficiales que ha entregado la Guardia Civil, cuyo relato publicó en exclusiva la SER y el diario «El País». Según el gabinete de Grande Marlaska «son todas las imágenes que existen», pero tanto el Defensor como la Fiscalía ya le han reclamado más imágenes porque en el minutado de las grabaciones que van desde las 7:35 horas hasta las 10:35 de la mañana hay muchos minutos que no aparecen en los archivos entregados a estas instituciones, «por causas técnicas del dron o el helicóptero que tuvieron que cargar o repostar en determinados momentos», según la versión de Interior. A los minutos que no vemos en las grabaciones entregadas le pone voz y relato este superviviente. «Éramos 1500 personas en la montaña, en el mismo sitio, eramos demasiados, ¿qué podíamos hacer? Nadie nos daba asilo, nadie nos daba un hogar... Fuimos allí a los montes mucho antes, esto sucedió el 24 de junio pero estábamos allí antes, un mes allí. Como nos amenazaron los policías empezamos a organizar el intento de cruzar la frontera española la noche anterior, comenzando a hacer grupos para irnos, aquí 100, aquí 150 personas, nos organizamos, caminamos toda la noche desde los montes hasta la frontera, estuvimos caminando muchas horas, a la frontera llegamos sobre las 8 de la mañana, nadie nos detuvo, nadie nos dijo que paráramos y vimos algunos policías por el camino, pasamos en medio de ellos hasta que llegamos delante de donde estaba el centro de la policía», relata Abu Obaida. El relato oficial español de las imágenes de la Guardia Civil, que pudo visionar parcialmente la SER, arranca a las 7:37 de la mañana del 24 de junio de 2022, es la hora que consta como inicio de las grabaciones del helicóptero de la Guardia Civil de Melilla, y que han sido entregadas a la fiscalía y al Defensor del Pueblo. En esas primeras imágenes se observa un fuerte despliegue policial y militar marroquí en la carretera de acceso desde Nador al Barrio Chino de Melilla. A pesar de que los cruces de declaraciones o de los informes sobre la tragedia evidencian que no están todas las imágenes, llama mucho la atención por ejemplo la ausencia de grabaciones después de las 9 y media de la mañana, que es cuando se expulsa ilegalmente a 470 de estos sudaneses, con claro perfil de solicitantes de asilo, que ya estaban dentro de Melilla y que son «retornados» a Marruecos, las imágenes que tiene en su poder la Fiscalía, el Defensor y que van a visionar los diputados el próximo 25 de noviembre muestran 4 evidencias: los hechos sucedieron en territorio español, no se prestó asistencia sanitaria a las persona que quedaron aplastadas y atrapadas en las puertas de paso fronterizo junto a la bandera española, los agentes marroquíes entraron a España a golpear y llevarse a centenares de estos refugiados y la Guardia Civil no cumplió con las garantías legales para expulsar a 470 personas a Marruecos, tal y como denunció el propio Defensor del Pueblo. En el reportaje que se publica hoy en el «Crónica 24/7» se detalla cronológicamente y se describe el contenido de las imágenes más destacadas, alternándolo con el testimonio de Yusef, especialmente a partir de las 8:42 minutos de la mañana cuando los refugiados consiguen abrir las puertas de los tornos fronterizos españoles, en esas grabaciones del helicóptero de la Guardia Civil se observa como varios de los refugiados caen al suelo y otros lo hacen encima de ellos, se «amontonan» decenas y decenas de cuerpos, algunos piden ayuda, otros que consiguen pasar por encima de sus compañeros, se ven algunas manos que surgen del grupo aplastado pidiendo ayuda en medio de la avalancha, algunos compañeros tratan de ayudarles y tirar de sus brazos, pero al estar bloqueados uno encima de los otros resulta imposible moverlos. «Ellos lo sabían, y no llamaron a ninguna ambulancia en ese momento, mucha gente necesitaba una ambulancia y otros siguieron trepando», recuerda Yusef. 8:43 horas de la mañana. Muchos siguen pasando por encima de los que se mantienen en el suelo y corriendo por los pasillos del puesto fronterizo español, al comprobar que las siguientes puertas están cerradas saltan al techo y empiezan a dejarse caer hasta la carretera de Melilla situada junto a la valla. Mientras el grupo que queda aplastado no se vuelve a observar de manera clara en ningún otro plano, tampoco se observa en ningún momento que se acerque ningún sanitario a auxiliarles, «miro a mi amigo, también a otros muchos amigos que estaban muriendo frente a mí. Algunos lloraban diciendo que necesitaban ambulancias, le decíamos a la policía: ¡Por favor! Ayuda a estas personas, que se están muriendo». «Les dijimos: No hagas eso. Y si hablabas te golpeaban más, pero no les importaba, después permanecimos mucho tiempo en el suelo, en ese rellano, estuvimos como ocho horas o más, porque llegamos allí sobre las 8 de la mañana y hasta las 8 de la tarde que es cuando nos comienzan a sacar hacia diferentes ciudades», recuerda con amargura este joven sudanés. «Algunas personas se rompieron las manos, otras se rompieron las piernas por los golpes de la policía marroquí, después la policía abrió las puertas y nos enviaron de vuelta a Marruecos... Yo cuando llegué a España estaba bien, no tenía heridas, pero cuando me expulsan a Marruecos ellos empezaron a golpearme en la cabeza, me causaron heridas en la cabeza, estuve como un mes con heridas, no entendía nada, así que estuve un mes herido, viviendo en Marruecos, alrededor carretera», denuncia . A las 9:35 de la mañana están datadas las últimas imágenes aportadas por la Guardia Civil a la Fiscalía y el Defensor del Pueblo, al menos en la primera entrega de material que hizo el Ministerio del Interior a estas instituciones. En esas últimas grabaciones se ve como guardias españoles llevan a rastras o en volandas a varios inmigrantes hasta el interior del paso fronterizo de Barrio Chino, en suelo español, donde los agentes marroquíes entran a llevarse a algunos o reciben a los que les entregan los guardias. A esa hora según los supervientes como Yusef comienza la expulsión colectiva que pone en marcha la Guardia Civil. No consta a día de hoy que el Ministerio del Interior haya aportado las imágenes posteriores a las 9:35 minutos. Según los supervivientes y el Defensor del Pueblo a partir de entonces fueron expulsados ilegalmente 470 de estos jóvenes. El defensor del Pueblo describe de manera literal que «se efectuó un rechazo en frontera de 470 personas sin contemplarse las previsiones legales tanto nacionales como internacionales». Es uno de los posibles delitos que se investigan pero la Guardia Civil no ha aportado las imágenes de estas expulsiones. “Necesitamos justicia! Hemos hecho nuestras listas con nombres de muertos y desaparecidos, pero ponte en el lugar de esas familias que ni siquiera saben donde están los cadáveres de sus hijos o hermanos, a día de hoy seguimos sin saber cuantos amigos murieron en total y donde están sus cuerpos o si han sido o no enterrados, reclama Abu Obaida. «Pienso en por qué Europa o España nos trata diferente. Los ucranianos y los sudaneses somos lo mismo, no es diferente, podemos hacer lo mismo, al 100 por ciento somos migrantes y refugiados similares, huyendo de una guerra, con mismos problemas, en Darfur es la guerra, mueren por la guerra o porque no hay comida, hay gente muriendo sin comida, otros muriendo por enfermedades sin recibir atención médica», contextualiza para pedir la misma protección y trato para todos los refugiados. Yusuf se ha reunido con un familiar y sueña con estudiar en la Universidad y ser «ingeniero mecánico o traductor de inglés, arabe, español y otros muchos idiomas», pero mientras no puede quitarse de encima la pesada mochila emocional de todo lo vivido en la frontera sur española, «no puedo olvidar el desastre de Nador porque es muy horrible, que tu amigo de 25 años, tan joven , muera delante de ti... ¿Por qué? Porque lo mató la policía. No es esta gente la que nos tiene que ayudar? ¿O quién nos debe dar protección? Ellos mataron a la gente, es muy horrible, cada vez que pienso sobre todo ello.... Nunca puedes olvidarlo, porque perdímos a buenos amigos, exactamente mi amigo, un hombre fuerte, que quería ser médico. Él perdió la vida», se despide Abu Obaida.

"Necesitamos justicia, mataron a mis amigos. Ni siquiera las familias saben donde están los cadáveres de sus muertos"

Yusuf, uno de los supervivientes de la masacre de Melilla del 24J detalla en la SER cómo sucedieron los hechos minuto a minuto

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