Las claves sobre las elecciones de medio mandato en EEUU: "Está en juego la dirección ideológica del país"

Los ciudadanos estadounidenses acuden este 8 noviembre a las urnas con el objetivo de decidir el rumbo de su Gobierno de cara a los dos años que restan de legislatura. Se trata de las elecciones de medio mandato, conocidas como «midterms», en las que se elige a los miembros que renovarán de forma completa la Cámara de Representantes y de manera parcial los responsables del Senado. En la práctica, del resultado de estos comicios depende que Joe Biden pueda seguir aplicando su programa electoral o, de lo contrario, se producirá un previsible bloqueo republicano en ambas cámaras que dificultará notablemente los dos años que le quedan de mandato. Juan Verde, consultor político y exasesor de Obama, ha señalado en «Hora 25»: «En estas elecciones no está en juego únicamente el futuro político de Trump y de Biden, sino también la dirección ideológica del país. Puede tener repercusiones muy significativas. Si el partido demócrata pierde el control del Senado y el Congreso veríamos a un presidente ante una parálisis durante los dos últimos años de su mandato». Además, muchos expertos apuntan que también está en juego el futuro político de Biden, cuya popularidad se encuentra actualmente a la baja, pese a haber aprobado un número superior de leyes que sus dos predecesores, Barack Obama y Donald Trump. «El país no va mal economicamente, pero Biden está tomando decisiones muy poco populares. Manifiestan que está pensando en su legado histórico, de tal forma que no piensa en las próximas elecciones sino en las próximas generaciones. Y eso le ha pasado factura. Ha realizado la mayor inversión de la historia en educación, infraestructuras o transición energética. Todas estas decisiones tienen su repercusión en el medio y largo plazo», apunta Verde. Precisamente Donald Trump, que ha intensificado sus actos de campaña, anunciará previsiblemente su candidatura a las próximas elecciones generales el 15 de noviembre: «El próximo martes va a ser un día muy excitante para todos. Vengan a Mar-a-Lago porque voy a hacer un gran anuncio», ha señalado el ultraderechista poco después de depositar su voto. Así, en estos «midterms» se elige, por un lado, quienes serán los elegidos por la ciudadanía en la Cámara de Representantes, equivalente al Congreso de los Diputados. Se compone de 435 diputados, actualmente divididos en 220 demócratas, 212 republicanos y tres independientes. Por tanto, la igualdad en este hemiciclo es bastante ajustada, con un 50,57% de los votos a favor del partido de Joe Biden y un 48,74% para el de Trump. Además, Verde apunta: «Nos debería preocupar la legitimidad del sistema democrático en EEUU, con 36 gobernadores que tendrán el control sobre las agencias electorales de sus respectivos estados y muchos de ellos no creen que el sistema político de su país sea transparente y democrático». Para el caso del Senado, los representantes no se eligen cada dos años, sino que en este periodo de tiempo se renueva un tercio de los mismos. Es decir, en estos comicios se eligen los ocupantes de 35 escaños de los 100 que hay en total, por lo que no en todos los estados se votará sobre este asunto. La igualdad también reina en este hemiciclo, ya que los senadores republicanos son 50, por 48 demócratas y dos independientes. Sin embargo, en caso de empate técnico, la presidenta del Senado, que es también vicepresidenta del Gobierno, Kamala Harris, es la encargada de deshacer la igualdad. Gracias a ello, los demócratas han conseguido sacar adelante numerosas propuestas entre 2020 y 2022. De esta forma, no solo se votan por senadores y diputados, sino que también se renovará a 36 de los 50 gobernadores de estados, se designarán 35 fiscales federales, 27 secretarios de Estado, y, en algunos estados, se elegirá sobre derechos como el aborto o la legalización de la marihuana. En primer lugar, si los republicanos logran obtener una mayoría en las cámaras, podrían boicotearle la agenda a Joe Biden, un aspecto que tendría su influencia en la política internacional, como por ejemplo la guerra de Ucrania, pero también podrían tumbar comisiones de investigación como la del asalto al Capitolio e incluso emprender investigaciones sobre asuntos como la gestión de la pandemia o la retirada de tropas de Afganistán, unos aspectos que podrían desgastarle notablemente en términos políticos. Por otro lado, estas elecciones son las primeras que se celebran tras el asalto al Capitolio y después de la revocación del derecho al aborto. Por tanto, medirán la influencia que tiene Donald Trump en su partido y entre la sociedad, lo que podría decantar la balanza sobre si se presenta a las generales de 2024 o no, aunque parece que ya tiene tomada la decisión. «Se calcula que cerca del 40% de los republicanos creen que le robaron las elecciones a Donald Trump hace dos años, por mucho que cueste creer. Dentro de dos años, en las presidenciales, quizás las personas que tomen decisiones en esos estados clave serán gobernadores que ponen en duda la legitimidad del sistema democrático. Además, hay aspectos como el del aborto que preocupan mucho, porque se podría prohibir esta opción. También es esperable una serie de investigaciones contra Biden y su familia, con motivos políticos», indica el exasesor de Obama. Además, los resultados también reflejarán hasta qué punto la sociedad estadounidense está divida. La polarización de la ciudadanía se disparó tras el asalto al Capitolio y la influencia de teorías trumpistas, como la del amaño de elecciones. De los casi 600 candidatos republicanos que se presentan a todos los niveles, más de la mitad ha puesto en duda o ha negado la legitimidad de la victoria de Biden. Los cinco estados más divididos son Pensilvania, Giorgia, Arizona, Nevada y Ohio, ya que las encuestas están más igualadas, motivo por el cual ambos líderes han intensificado sus actos de campaña. Por último, la economía está siendo la principal preocupación de la población, con una inflación elevada, pero también están en juego las libertades individuales como el derecho al aborto, que el Tribunal Supremo declaró inconstitucional. «Si los republicanos ganan, como ya ha ocurrido antes, la unica forma de seguir adelante es gobernando con decretos presidenciales, que le permiten gestionar el Gobierno y seguir adelante, pero, al no ser proyectos de ley aprobados por el Congreso, cuando llegue un nuevo presidente los puede cancelar. No significa que el país no sea gobernable, sino que paraliza la toma de decisiones a largo plazo», añade Verde. El voto por correo es otro aspecto a tener en cuenta. 42 millones de estadounidenses votaron de esta forma antes de este martes, una cifra muy destacada, ya supera con creces el nivel de participación de las elecciones anteriores, tanto las de 2018 como las de 2020. Este dato pone en evidencia la trascendencia del momento, en el que actualmente hay mucho más en juego. Los demócratas ostentan actualmente el control de la Cámara de Representantes y del Senado, pero las encuestas auguran que la oposición republicana recuperará el poder. La media ponderada de sondeos efectuada por la web FiveThirtyEight les da un 55% de posibilidades de lograr la Cámara Alta y un 84% de hacerse fuertes en la Baja. El país está dividido en nueve husos horarios y los centros electorales más madrugadores, como en el estado de Vermont, han abierto a las cinco de la mañana. El cierre tendrá lugar en la mayoría entre las siete y las ocho hora local. En Estados Unidos no existe una autoridad electoral central y las Secretarías de Estado de cada uno de los 50 estados del país son responsables del recuento de votos. Como ese proceso suele llevar mucho tiempo, los grandes medios de comunicación de EEUU., como la CNN o The New York Times, entre otros, son los que se encargan de declarar qué candidato ha ganado una contienda, algo que hacen especialistas analizando los datos que les llegan del terreno. El resultado de muchas batallas electorales suele conocerse el mismo día de la votación, pero otras veces es tan ajustado que pasan días o incluso semanas. El conteo de los votos está en el punto de mira en las elecciones de medio mandato en Estados Unidos a raíz de los bulos del expresidente Donald Trump para denunciar un fraude electoral en los comicios presidenciales que perdió en 2020. «Las reglas de funcionamiento y del escrutinio (de los votos) no han cambiado. Todo sigue igual que la última vez», asegura Jimmi Littles, responsable de un punto de votación ubicado en una iglesia en el norte de Atlanta, en Georgia. Trump perdió en este estado clave por solo 11.000 votos en 2020 frente al actual presidente, el demócrata Joe Biden, un estrecho margen que fue utilizado por el republicano para denunciar un fraude electoral y forzar un segundo recuento, que confirmó la victoria del demócrata. El territorio sureño vuelve a ser decisivo dos años después, ya que, junto a Pensilvania y Nevada, decantará la balanza de la mayoría en el Senado, ya sea del lado demócrata o del republicano. Littles, quien hace 12 años que se encarga de ese punto de votación, afirmó convencido que la gente confía en la integridad del proceso porque «es muy sencillo». Los ciudadanos registrados se identifican en la entrada del centro electoral, donde se les entrega una tarjeta para votar en una urna electrónica. En la pantalla marcan su voto, que se imprime en una papeleta que luego escanean para que quede registrado el sufragio. No se tarda más de tres minutos. Al cierre del centro, a las 19.00 hora local (00.00 hora GMT), la máquina hará el recuento instantáneo, pero se conservarán las papeletas para poder comprobarlas si hubiera alguna inconsistencia. El FBI emitió la semana pasada un informe para funcionarios estatales y locales en el que avisaba de que los discursos que apuntan a un fraude electoral pueden derivar en amenazas violentas contra cargos electos y funcionarios electorales. Las autoridades del condado de Fulton (Georgia), que incluye partes de Atlanta, informaron este martes en una rueda de prensa de que «la votación está siendo un éxito» y que por el momento no ha ocurrido ningún incidente destacado en ninguno de los 249 puntos de votación del condado, que tiene 800.000 electores registrados. Precisamente, la fiscal del condado de Fulton, Fani Willis, es quien lidera la investigación sobre los intentos de Trump de invalidar el resultado de las elecciones en el estado de Georgia en 2020. La afluencia en los colegios electorales de Atlanta no era muy elevada, pero lo cierto es que Georgia ha registrado durante las últimas semanas un récord de votación anticipada con 2,4 millones de electores, un mecanismo muy cuestionado por los republicanos más cercanos a Trump.

Las claves sobre las elecciones de medio mandato en EEUU: "Está en juego la dirección ideológica del país"

La ciudadanía acude a las urnas para elegir a un tercio de los miembros del Senado y la totalidad de diputados para la Cámara de Representantes de cara a los dos últimos años de legislatura. Una mayoría republicana en ambos hemiciclos complicaría considerablemente el mandato de Biden

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