Los estudiantes derriban la pared divisoria entre hombres y mujeres en la cafetería de una universidad en Irán
Irán ha anunciado que 1.019 personas serán juzgados en tribunales revolucionarios por participar en las protestas y habrá penas de muerte
Madrid
Estudiantes de la Universidad de Hormozgan, una de las zonas más conservadora de Irán, han derribado la pared divisoria que segrega a hombres y mujeres en la cafetería de la facultad. El gesto se ha convertido en un símbolo más de las protestas contra el régimen de los ayatolás al grito de "libertad".
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Jóvenes iraníes han protestado de nuevo este domingo a pesar de la advertencia de la poderosa Guardia Revolucionaria para que dejasen de manifestarse y una fuerte represión en las universidades, en unas movilizaciones que se están volviendo más violentas. Las protestas se dieron a lo largo del país en numerosos centros universitarios de varias ciudades, que fueron fuertemente reprimidas por los basiji -milicia de voluntarios fiel a la República Islámica- con el uso de gases lacrimógenos y palizas.
Las protestas se encuentran ya en su séptima semana, desde la muerte el 16 de septiembre de la joven Mahsa Amini tras ser detenida tres días antes por la Policía de la moral por llevar mal puesto el velo islámico. El comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria, el general Hosein Salamí, advirtió la víspera a los jóvenes que los “disturbios” habían llegado a su fin y que no saliesen a la calle para no arruinar su futuro.
¿Fin de los disturbios?
"Hoy es el fin de los disturbios. No salgáis a la calle más", dijo el líder de la poderosa fuerza de élite, cuya misión es salvaguardar el sistema teocrático de la República Islámica. Esa misma tarde y noche ya se recrudeció la represión en las universidades con la expulsión de estudiantes de facultades y de residencias estudiantiles en Teherán. Además se produjeron numerosas detenciones de estudiantes, según activistas.
Las movilizaciones, en las que se pide el fin de la República Islámica, han ido evolucionando desde su inicio, pero se ha mantenido una constante: las universidades han sido su epicentro. Si bien ha habido intentos por controlar las facultades con inspecciones en las puertas de los centros para limitar quien entra y la presencia de efectivos antidisturbios en las universidades, la represión ha sido de alguna manera limitada, con algunas excepciones.
"Hasta ahora los estudiantes pudieron protestar en un clima de relativa libertad", dijo una fuente. "Esto se acabó", añadió esta fuente, que prefirió mantener el anonimato. Otra fuente indicó que en su centro los choques han subido de tono y este sábado se rompieron cristales, hubo gases lacrimógenos y choques. “A partir de la una empiezan los enfrentamientos” en las universidades, indicó esa fuente.
Nuevas protestas
A pesar de las advertencias, las expulsiones y las detenciones, los estudiantes volvieron a protestar este domingo. En la Universidad Azad de Teherán se vivieron fuertes choques entre los estudiantes y basijis, la milicia de voluntarios fiel a la República Islámica, que usaron gases lacrimógenos e incluso disparos, según vídeos compartidos en redes sociales por activistas. "Basiji, guardias revolucionarios, vosotros sois nuestro Estado Islámico", clamaban los estudiantes.
En la Universidad del Kurdistán en Sanandaj los estudiantes gritaron "esto no es una protesta. Es el comienzo de una revolución”. Las protestas por la muerte de Amini están protagonizadas sobre todo por jóvenes y mujeres al grito de "¡Mujer, vida, libertad!", que lanzan consignas contra el Gobierno y queman velos, uno de los símbolos de la República Islámica y algo impensable no hace mucho.
Irán juzgará a 1.019 personas por protestar
Lejos de amainar las protestas cada vez son más grandes, por lo que el Poder Judicial de Irán ha anunciado este lunes que 1.019 personas serán juzgadas en Teherán por su participación. La Justicia iraní ha presentado cargos contra estas 1.019 personas en ocho de las 31 provincias del país y este sábado comenzaron los primeros juicios en Teherán, con el proceso contra seis hombres acusados de delitos que pueden conllevar la pena de muerte.
Los juicios se llevarán a cabo de forma pública en tribunales revolucionarios en la capital iraní, según ha informado la oficina del Poder Judicial de Teherán. "Se trata de individuos que han cometido actos de sabotaje durante los recientes disturbios y se enfrentan a cargos serios, como asalto y asesinato de efectivos de las fuerzas de seguridad o prendido fuego a propiedades públicas y privadas", ha indicado la oficina.
Por su parte, el jefe del Poder judicial, Gholamhosein Mohseni Ejei, ha afirmado que los juicios se llevarán a cabo con "rapidez" y "precisión", en especial los de aquellos que han tratado de subvertir el sistema islámico. "Aquellos que trataron de subvertir el régimen y dependen de extranjeros serán castigados de acuerdo a las leyes", ha asegurado Ejei en un discurso, lo que podría suponer cargos de colaboración con Gobiernos foráneos y conllevar la pena de muerte.
Un centenar de muertos y más de 12.000 detenidos
Al menos 108 personas han muerto y 12.500 han sido detenidas en las protestas, según la ONG con sede en Oslo Iran Human Rights. Entre los detenidos se encuentran las dos periodistas que desvelaron el caso de Amini, Nilufar Hamedi, que acudió al hospital donde estaba ingresada Amini, y Elahe Mohammadi, que cubrió su entierro.
Más de 300 periodistas iraníes pidieron este domingo su liberación en un comunicado publicado en varios diarios, un día después de que fuesen acusadas de trabajar para la CIA por las agencias de inteligencia de Irán. "El periodismo no es un crimen", afirmó el diario Sazandegi en su portada, frase acompañada de fotos de Hamedi, Mohammadi y otros de los 45 periodistas detenidos por informar de las protestas.