Ex
"Se exhuma, porque se saca un cadáver fuera de la tierra, humus en latín, distinta del hummus, con dos emes, que nos llegó del árabe junto a la pasta de garbanzos. Y llamamos exoesqueleto a esa estructura artificial y exterior que suple las funciones de un cuerpo que ha perdido la movilidad", la palabra de día de Isaías Lafuente
Madrid
Hoy que hablamos de exoesqueletos en La ventana y de la exhumación del genocida Queipo de Llano en los informativos, vamos a fijarnos en esas pequeñas partículas, exo- y ex-, que nos han permitido crear infinidad de palabras en nuestro idioma, que tomamos respectivamente del griego y del latín, pero que, en una de sus acepciones, nos sirven para lo mismo: para referirnos a todo aquello que está fuera de algo. Se exhuma, porque se saca un cadáver fuera de la tierra, humus en latín, distinta del hummus, con dos emes, que nos llegó del árabe junto a la pasta de garbanzos. Y llamamos exoesqueleto a esa estructura artificial y exterior que suple las funciones de un cuerpo que ha perdido la movilidad.
Esta acepción, sin embargo, es un neologismo que aún no ha entrado en el diccionario, que recoge la palabra exoesqueleto desde hace medio siglo, pero solo pare referirse al dermatoesqueleto, esa estructura externa y de gran dureza que tienen algunos animales para proteger su cuerpo en forma de caparazones, conchas o fuertes escamas. Y como extra viene a significar lo mismo que ex y exo, pediremos a los académicos un esfuerzo extra para nombrar convenientemente este maravilloso invento extracorpóreo y extraordinario. Supongo que, si dieron luz verde a sustantivar el prefijo ex- para referirnos a una antigua pareja, esta petición no les resultará extravagante.