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Así es el "método Montoya": Pablo Simón revela el mejor método para que el alumnado se dirija al profesorado en un mail

"Hola, me llamo Iñigo Montoya. Tú mataste a mi padre. Prepárate a morir"

Madrid

Pablo Simón es, además de un reputado politólogo al que hemos visto en numerosas ocasiones como tertuliano tanto en la radio como en la televisión, profesor en la Universidad Carlos III de Madrid. Algo que le ha permitido conocer un poco más acerca del alumnado y de sus prácticas habituales tanto dentro del aula como fuera de la misma. Durante todo este tiempo dedicándose al mundo de la enseñanza, el politólogo ha reconocido diversos tipos de estudiantes con sus respectivas personalidades, lo que le ha llevado a dar un valioso consejo tanto a su alumnado como a todos aquellos jóvenes estudiantes que vayan a emprender próximamente sus estudios universitarios.

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Todo ello a través de su cuenta de Twitter, donde ha recomendado el uso del "método Montoya" para dirigirse al profesorado como ejemplo de buenas prácticas. Pero, ¿Quién es ese tal Montoya y en qué consiste este método? Íñigo Montoya es uno de los personajes del libro La princesa prometida de William Goldman. Una novela, que tuvo su adaptación cinematográfica, en el que podemos encontrar a este experto espadachín español que busca al asesino de su padre, un hombre con seis dedos, para vengarlo. A pesar de que no era el personaje principal de la cita, este ha quedado como tal gracias a una frase que ha quedado para la historia del cine en el imaginario colectivo.

En el recuerdo de Íñigo Montoya

Después de dar con el asesino de su padre, Íñigo Montoya se dirige hacia el mismo para advertirle de lo que está por venir: "Hola, me llamo Íñigo Montoya. Tú mataste a mi padre. Prepárate a morir". Varias décadas más tarde, el politólogo nos anima a volver a usar esta frase. Pero​ no para saldar cuentas pendientes, sino para aprendernos la estructura de la misma y emplearla en los correos electrónicos que le mandemos al profesorado. Bajo su punto de vista, esta frase tan icónica de la historia del cine es un ejemplo perfecto de cómo el alumnado debería dirigirse al profesorado.

Al igual que Íñigo Montoya, el alumno o la alumna en cuestión tiene que saludar al profesor al que envía el correo electrónico. Una vez hecho esto, y dado que esta persona puede tener cientos de alumnos a su cargo, es recomendable presentarse para que sea capaz de identificarte de una forma mucho más rápida. Algo que ya hizo el famoso espadachín español, quien se presentaba frente a su oponente para exponerle el caso del que trataba la conversación. En este momento, Montoya le recordaba al hombre de los seis dedos que él mató a su padre. El asunto de tu correo electrónico probablemente no tendrá nada que ver con el del espadachín, por lo que podrás expláyate sin ningún problema para que el profesorado pueda ayudarte con tu inquietud.

Cómo abordar un correo electrónico dirigido al profesorado

Por último, Íñigo Montoya le pedía a su oponente que se preparara para morir. Después de repetir en varias ocasiones a lo largo de la película que se iba a vengar de la muerte de su padre, el personaje daba con aquella persona que le había hecho tanto daño y le avisaba de su cometido. Por mucho que te hayan puesto una mala nota en un examen, no sigas las prácticas del espadachín español. En su lugar, haz el requerimiento oportuno para que entre los dos podáis resolver la situación.

Por último, procura despedirte del profesor o profesora de la forma más agradable posible. Una estructura que, sin duda alguna, facilitará la comunicación entre ambas partes y que el problema que se presente en el correo electrónico pueda solventarse de una forma rápida y sencilla.

David Justo

David Justo

(Astrabudua, 1991) Periodista especializado en tecnología y buscador de historias virales e inverosímiles...

 
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