Facha

Madrid

Los fachas se están viniendo arriba y su última hazaña ha sido divulgar un vídeo en el que reconocen que son fachas, que está muy bien, aunque después intentan convencernos de que todos en este país somos fachas. Y hasta ahí podíamos llegar... La cosa está promovida por la Fundación Neos. Y ese "Eres facha" ha sido rubricado por personajes relevantes como la presidenta madrileña, que lo ha difundido con un explícito "me too". Es raro que, defendiendo el pasado, la realeza, nuestro idioma y la españolidad, no hayan consultado el término en el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua para no hacer el ridículo. Porque su definición es diáfana.

Un facha es, con el diccionario en la mano, un reaccionario, un fascista. Y un fascista es un partidario del fascismo, que es tanto un movimiento totalitario como una actitud antidemocrática. Como el franquismo, que estos fachas nunca acaban de condenar. Quienes se reconocen fachas dicen defender la tradición, la memoria de nuestros antepasados, la familia, al hombre y a la mujer, pero en realidad solo defienden algunas tradiciones, una memoria mutilada y distorsionada, antepasados convenientemente seleccionados, y un modelo concreto de familia, de hombre y de mujer. Como el franquismo, también. Un régimen que se las gastaba de tal forma que los académicos no se atrevieron a definirlo en vida del dictador, como el término facha, que entró en el diccionario ya en este siglo. Hasta entonces facha era, coloquialmente, la forma de referirse a un mamarracho, a un adefesio. Quizás fuese un mensaje subliminal para definir a quienes no se atrevían a nombrar.