Un invasor invadido
El pobrecito autócrata solo puede ofrecerles prisión, multas y esta impenetrable faz de policía dictatorial, de espía implacable experto en asesinar a sus rivales. Nada menos. Tampoco nada más
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El presidente ruso, Vladimir Putin, durante su discurso en la celebración de la anexión de los territorios ocupados. / ALEXANDER NEMENOV
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Barcelona
No hay receta más amarga que beber tu propio veneno. No hay peor castigo que recibir palizas de aquellos a quienes apalizabas. Es una lección elemental que está experimentando el pobrecito autócrata del Kremlin, Vladímir Putin. Bombardea el entorno de la central nuclear de Zaporiyia, pero el personal no se rinde. Se revuelve y responde. En caso de duda, se mete en un agujero, un búnker o un escondite parecido.
El pobrecito autócrata decreta la anexión de regiones orientales de Ucrania, tras referendos tan falsos como su propia mirada. Y asegura que serán rusas para siempre. Y que si alguien las ataca, responderá de forma implacable. No solo alguien las ataca, sino que Ucrania, fulgurante, las va recuperando. Así que el invasor resulta invadido, igual que en la tradición española el alguacil quedó alguacilado.
El pobrecito autócrata nuclear ha atado sus manos a una secuencia fatal: primero fue la sorprendente contraofensiva ucraniana; luego, los referendos para esterilizarla; claro que con la movilización de 300.000 reservistas (de momento, solo 200.000); enseguida, el malestar de todas sus familias; y la resistencia de los que votan con los pies y huyen a las repúblicas vecinas, aunque arrostren fuertes multas y penas de prisión si les pillan; y el malestar y protestas internas de los que se quedan, sus familias y todos los demás. Los países vecinos aplauden a los refugiados, pues son cultos y sabios, y les ayudarán en sus economías precarias. El pobrecito autócrata solo puede ofrecerles prisión, multas y esta impenetrable faz de policía dictatorial, de espía implacable experto en asesinar a sus rivales. Nada menos. Tampoco nada más.
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Xavier Vidal-Folch
Periodista de 'EL PAÍS' donde firma columnas y colaborador habitual de la Cadena SER, donde publica...