Pilar Palomero: "No es una película sobre la maternidad, quería reflejar la contradicción vital de una adolescente que le toca ser madre"
La directora de 'Las niñas' presenta en San Sebastián 'La maternal', una mirada a ser madre en la adolescencia con Ángela Cervantes y Carla Quílez
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La directora y guionista Pilar Palomero (c) y las actrices Ángela Cervantes (d) y Carla Quilez (i) posan este martes en la 70 edición del Festival de Cine de San Sebastián, donde su película "La Maternal" compite en la Sección Oficial del certamen. EFE/Javier Etxezarreta. / Javier Etxezarreta (EFE)
![La directora y guionista Pilar Palomero (c) y las actrices Ángela Cervantes (d) y Carla Quilez (i) posan este martes en la 70 edición del Festival de Cine de San Sebastián, donde su película "La Maternal" compite en la Sección Oficial del certamen. EFE/Javier Etxezarreta.](https://cadenaser.com/resizer/v2/LEZVAKRTOYO7QBGJPYVMOD2WZQ.jpg?auth=6ebc4290a9e9c3fa643196dc7243e40b0bc61ba72da27c7bb031592788a03a14)
San Sebastián
Muchos aplausos ha recibido Pilar Palomero y el equipo de 'La maternal' en su puesta de largo en el Festival de San Sebastián. La directora debuta en sección oficial y aspira a la Concha de Oro después de ganar la Biznaga de Oro en Málaga y el Goya con Las niñas, su ópera prima. Para su segundo largometraje, Palomero usa conceptos que le salieron bien en su anterior proyecto, pero da un paso más en su puesta en escena, abriéndose a nuevas maneras de contar la realidad y de fusionar la ficción con el relato documental de los hechos. Historias reales e historias ficcionadas conviven para confeccionar un retrato global de lo que supone ser madre siendo menor de edad, sin trabajo, sin recursos y sin apoyos.
Hace un año estabas rodando y ahora presentando la segunda película en San Sebastián, ¿Cómo ha sido solapara la promoción de Las niñas, tu primera película, con la preparación de La maternal?
La experiencia de La Maternal ha sido muy diferente a Las niñas, sobre todo en lo que tiene que ver con el proceso de financiación. Con Las niñas estuvimos peleando años y años y hubo momentos en los que pensábamos que no la íbamos a poder hacer. La Maternal estaba escrita antes de todo el éxito que tuvo Las niñas, pero sí ha sido todo más fluido. Eso nos ha permitido rodar más rápido, entre comillas, porque al final llevamos ya casi tres años de preparación. En cuanto al proceso de escritura del guion y de la documentación ha ido todo un poco a la par. Hablé con muchas mujeres, chicas jóvenes que habían sido madres en su adolescencia, algunas de ellas ahora son las protagonistas de la película. Lo hice muy a la par por dos motivos: uno, para impregnar un poco el guión de esas experiencias y, dos, porque no me quedó más remedio cuando llegó la pandemia y nos confinaron. Yo tenía planteado escribir este guión después de terminar la promo de Las niñas, pero de repente, se acabó el mundo y estábamos todos en casa encerrados y ahí me puse a escribirlo.
¿Cómo ha sido trabajar con esas chicas, configurar sus historias y que acaben estando aquí?
El motivo por el que porque me planteé hacer la película fue ellas. Cuando las conocí y me contaron sus vivencias, me despertaron muchísimas emociones y puse muchas reflexiones en eso, en hablar de la complejidad de las relaciones humanas, lo fácil que es querer y odiar a la vez y gestionar todas esas emociones. Fue conocerlas y enamorarme de ellas. En la escritura del guion han estado siempre muy presentes. No es que esté basado en sus vidas, pero sin ellas no sería la película que es. Cuando me plantee hacer el casting, no tenía un plan B. Les dije que se presentaran al casting porque creo que lo que han vivido forma parte de su vida, de su persona, de su mirada, de su forma de estar, su forma de hablar. Y yo quería que eso estuviera en la película.
¿Y ellas sentían que sus historias no estaban contadas?
Eso lo hemos hablado mucho, lo hablamos mucho en la fase de documentación y luego durante el rodaje. Una cosa que me impactaba mucho es que cuando yo las llamaba por primera vez para quedar con ellas y que tomaran un café conmigo, su respuesta era siempre de emoción pura. Lo que me han transmitido ellas es que han vivido mucho un juicio social en sus pueblos, en sus entornos por haber vivido esta maternidad precoz. Yo sentía que ellas tenían muchas ganas de contar sus experiencias y de que se hablara sobre este tema.
¿Cómo ha sido la decisión visual para encuadrar a estas madres, evitando prejuicios o idealización?
Hablé mucho con el director de fotografía, con todo el equipo en general, para estar siempre al servicio de ellas, de Carla, de Ángela, de todo el grupo de chicas del centro. Y dejar que sucedieran cosas. Para muchas de ellas ha sido su primera experiencia delante de la cámara, pero para mí han hecho un trabajo actoral increíble. No se están interpretando a sí mismas, realmente están siendo actrices y a mí me ha fascinado. Tenía muy clara la idea de de dejarme guiar por ellas, de estar muy apegados a la realidad de este tema e intentar ser lo más honesta posible, y hacerlo con corazón. Suena muy cursi, pero es que es verdad, lo hemos hecho con mucho cariño.
¿Cuál era el mayor miedo o la línea roja que no había que traspasar? ¿No victimizarlas?
Lo que más me preocupaba es que ellas estuvieran orgullosas de la película. Y eso no lo supe hasta que la vieron en una proyección que hicimos hace muy poco. Para mí eso era lo más importante. Que ellas se sintieran identificadas con lo que estaban viendo. Que el retrato fuera realista y que se sintieran orgullosos de haber participado en la película. Yo creo que eso lo hemos conseguido. Creo que ellas están contentas, están por aquí felices y para mí ese era mi mayor miedo y ha sido también mi mayor alegría.
Hay una es cena que es clave en la película, donde cada una cuenta su vivencia, donde se evidencia una constante de la película que es la mezcla de ficción y realidad, ¿cómo ha sido unir ambas cosas?
Viene de una forma de rodar, que la exploré mucho en los cuatro años que estuve en la Escuela de Cine de Sarajevo con Béla Tarr. Fue durante esos años mi maestro y lo recuerdo diciéndome que no hay que tener el guion hasta que no tienes un rostro, hasta que tienes a tus actores y actrices. Y creo que tiene toda la razón y esto ha sido un poco la forma de aproximarme siempre de una manera muy cercana a la realidad. Es verdad que hay un guion, pero he intentado rodarlo como si no existiera ese guion. A veces digo esto y parece como que colocamos la cámara y esperamos a ver qué sucede y no es eso. Requiere un trabajazo increíble y una dedicación y un compromiso por parte del equipo brutal. Pero sí que puedes rodar una escena con una aproximación más documental que está escrita también de esa manera, como si estuviera sucediendo en ese mismo momento e intentar capturar ese momento, sentir que está vivo en el momento.
Hay varias elipsis en la película que dejan fuera momentos que en otra película sobre maternidad hubieran estado presentes, como la escena de sexo o el parto, ¿Por qué decides omitirlas?
Esto fue por varios motivos. El primero es por la complejidad de contar esta experiencia que condensa un año y medio de la vida de la protagonista en el guion, en dos horas de película. Para mí era muy importante tener claro que esto no es una historia sobre la maternidad, no es la historia de una mujer que decide tener un parto de una manera, de hacer colecho, etc. Sino que era sobre ser adolescente y tener que ser madre en ese mismo momento. Por eso he intentado ir al corazón de las escenas que realmente reflejaran esta contradicción vital en el momento en que eres adolescente pero te toca ser madre. Nos centramos en las escenas que retratan la dureza, la brutalidad de esta experiencia e intentamos comunicar eso. La protagonista es adolescente, con lo que eso conlleva, porque es un momento de mirar para adentro, de ser egoísta, de ser narcisista, todos los adolescentes son así. Hemos sido así todos. Mientras que la maternidad es un momento de todo lo contrario, de cuidar, de ser generoso. Esta contradicción está en la película no solamente con respecto a la maternidad, sino también a en las propias relaciones que se establecen.
El debate del aborto ocupa poco tiempo en la película, ¿Ha sido una decisión muy debatida, estudiada o se ha extraído de las propias vivencias de las chicas?
El personaje de Carla sabe que está embarazada cuando ya está de cinco meses. Entonces el aborto no es una opción. No se llega a plantear nunca en la película el dilema de si aborto o no, porque ya está de cinco meses. Y sí que me encontré, cuando comencé a documentarme, que es muy habitual que en los embarazos adolescentes la noticia llega cuando ya no es posible abortar y creo que esto está muy ligado y tiene mucho que ver con la falta de educación sexual, con la importancia de que esta educación sexual sea obligatoria. Esto es otro debate. Esos momentos en los que se habla del aborto son momentos en los que realmente son ellas las que expresan su opinión, yo no intervengo, porque, precisamente, lo que quería es mostrar lo que opinan, lo como lo ven, como lo sienten ellas.
Otro elemento que estaba en Las niñas y aparece en La Maternal es el uso de la música, en esta ocasión con Estopa para unir a la madre y a la hija
La idea era también la de recrear, reflejar la música que se escucha hoy en día. Les pregunté mucho a ellas Es verdad que el reguetón es ahora lo que triunfa. Sí me gusta pensar que hay una cierta conexión entre las dos generaciones, la de la madre y la de la hija, a través de la música. En un momento dado, hay una escena en la que aparece C Tangana con Estopa, que me parecen un match perfecto, y que simboliza cómo a través de la música, de repente con una canción, estos dos personajes se encuentran.
¿Ya tienes un nuevo proyecto en mente?
Sí. Es que tengo muchas ganas de hacer películas y tengo las ideas, tengo las ganas, la ilusión. Yo tengo mis proyectos y voy a tirar para adelante y hacer lo máximo que pueda. Obviamente siempre disfrutándolo con cariño y con pasión, porque no puedo entender el cine de otra manera tampoco.