Chile vota este domingo una nueva constitución feminista, ecologista y que garantiza los derechos sociales como la vivienda o el aborto. La nueva carta magna sustituirá a la actual, en vigor desde 1980 durante la dictadura de Augusto Pinochet, y de marcado carácter neoliberal. Hay llamados a las urnas unos 15 millones de ciudadanos que tienen que decidir en medio de una alta polarización política. Mayoritariamente, los principales partidos de derecha y de centro derecha reclaman el no, el «rechazo», y la izquierda, abanderada de los cambio, el «apruebo». Durante casi dos años, una convención constituyente ha participado en el proceso de redacción. Un camino que ha sido largo, que comenzó tras el llamado «estallido social» de 2019, una serie de protestas masivas, feministas, indigenistas, estudiantiles y de trabajadores que sentaron el clima para sustituir la norma. «El estallido tiene fecha de inicio el 18 de octubre de 2019. Precipitó el diseño y la apertura de un proyecto constituyente que había sido imposible por treinta años», explica Fernando Atria, profesor de derecho y uno de los impulsores de la nueva propuesta. El presidente de Chile, Gabriel Boric, ya ha votado, acompañado de su pareja, sus padres y uno de sus dos hermanos. Desde la ciudad de Punta Arenas, el presidente ha instado a los chilenos a «escribir nuestra historia» frente a «los ojos del mundo que nos está mirando». Boric ha asegurado que continuará al frente del país sea cual sea el resultado de este referéndum y agotará la legislatura (le quedan más de tres años). También ha anunciado que, en caso de que este texto fracasara hoy en las urnas, convocará de nuevo a las fuerzas sociales para trabajar en un nuevo texto que sustituya al de Pinochet. Quien también ha votado ha sido el expresidente Sebastián Piñera, que ha pedido unidad y «votar con alegría». A partir de esta noche, el país «tiene la oportunidad de una vida más feliz», ha dicho Piñera. «A partir de esta noche es importante que predomine el diálogo y dejemos fuera la cultura de la cancelación. Chile es un país maravilloso y tenemos la oportunidad de tener una vida más feliz. Lo mejor está por delante. Se requiere una nueva actitud. En los últimos tiempos la división pasó todos los límites», sostiene el expresidente. Los resultados está previsto que se conozcan unas dos horas después del cierre de las urnas, prevista para las 18:00 horas local (22:00 GMT), aunque ya se ha advertido que todos los ciudadanos que se encuentren en la cola a la hora del cierre podrán ejercer sus derecho al votos, lo que podría retrasar el escrutinio. En el interior y exterior de los colegios la sensación era de alegría, con largas filas y un proceso fluido que evitaba la exposición al sol, en un día caluroso, especialmente en la capital, donde se concentra la mayor cantidad del censo. Aunque se espera que la mayor afluencia se produzca a medida que avance la jornada y se acerque la hora de cierre. Influido por meses de movilizaciones, el entonces presidente Sebastián Piñera decidió iniciar el proceso, que comenzó con un primer plebiscito. El 25 de octubre de 2020, el 78% de los chilenos dijeron sí a sustituir la actual por una nueva que sería, además, elaborada por una convención constituyente, elegida de manera democrática y en la que han tenido cabida grupos ecologistas, feministas e indigenistas. Esto ha provocado, a juicio de parte de la derecha, que la propuesta tenga un marcado carácter progresista. Según explica a la Cadena SER el exministro chileno de centro derecha, Cristian Monckeberg, la constitución cumple «los objetivos formales, pero representa solo a una parte de la población». El texto consolida derechos como la vivienda, la financiación del sistema de salud, o la paridad entre hombres y mujeres en los órganos de poder y cambia, incluso, la definición del país. En el articulado aparecen elementos como que el Estado debe garantizar su ejercicio «sin discriminación, con enfoque de género, inclusión y pertinencia cultural; así como el acceso a la información, educación, salud». También derechos como el aborto: «asegurando a todas las mujeres y personas con capacidad de gestar las condiciones para un embarazo, una interrupción voluntaria del embarazo, un parto y una maternidad voluntarios y protegidos». Según la nueva definición del país. «Chile es un Estado social y democrático de derecho. Es plurinacional, intercultural, regional y ecológico». Los elementos referentes a la plurinacionalidad son una directa referencia a los pueblos indígenas, que suponen el 13% de la población chilena. Alejandra Flores, pertenece al pueblo aymara y ha formado parte de la Comisión de Pueblos Indígenas, encargada de desarrollar los artículos relativos a estos pueblos. «Era una deuda histórica. Reconoce la existencia de los pueblos indígenas, pero además se nos reconocen derechos políticos, sociales y culturales», explica por teléfono.