El Gobierno francés da marcha atrás y vuelve a cuestionar la utilidad del gasoducto Midcat
El presidente Pedro Sánchez y el canciller alemán Olaf Scholz reclamaron esta semana la construcción del Midcat como alternativa energética a Rusia
Madrid
El Gobierno francés ha vuelto a cuestionar la utilidad de construir el gasoducto Midcat, después de que el presidente del Gobierno Pedro Sánchez encontrara en el canciller alemán Olaf Scholz el aliado europeo que necesitaba.
Ambos reclamaban la construcción de este gasoducto como una alternativa a la dependencia energética de Rusia, que ha vuelto a paralizar los envíos de gas a Europa.
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Francia se había abierto a "examinar" la posibilidad de reactivar este proyecto, que conectaría España y Portugal con Alemania a través de Francia, pero hoy el ministro de Finanzas, Bruno Le Maire, ha cuestionado la utilidad del Midcat.
"No estoy seguro de que una nueva tubería nos vaya a ayudar a pasar el próximo invierno", ha dicho el ministro francés durante un foro económico en Italia.
Le Maire ha reconocido la necesidad de buscar nuevos mercados de combustibles fósiles a corto plazo, al margen de Rusia y sin "sobrecalentar" las economías ni presionar demasiado a las familias, principalmente en cuanto a los precios.
A largo plazo, cree que "la electricidad y el hidrógeno son más prometedores que una nueva línea de transmisión de gas", en alusión a la posible construcción del Midcat. También ha señalado que invertir en un gasoducto podría generar "opiniones negativas" entre quienes defienden concentrar la financiación en proyectos que favorezcan la transición hacia energías más limpias.
El proyecto Midcat lleva años paralizado por sus elevados costes y el, hasta ahora, bajo precio del suministro ruso. Ya hay un tramo construido, pero faltan 226 kilómetros de tuberías desde la localidad catalana de Hostalric hasta la francesa Barbaira. España pide que sea la Unión Europea quien asuma los costes de su construcción.