El doble rasero en el caso de Sanna Marin: cuando los 'fiesteros' fueron Boris Johnson o Mariano Rajoy

Los vídeos filtrados de la primera ministra de Finlandia, Sanna Marin, que publicó el tabloide sensacionalista 'Iltalehti' y en las que se la puede ver cantando y bailando de forma efusiva junto a sus amigos durante una fiesta privada han suscitado polémica en los últimos días. Las imágenes, que fueron grabadas este verano en una vivienda privada, han generado un aluvión de críticas y, junto a la presión de la oposición, han forzado a Marin a someterse a un test de drogas para desmentir las acusaciones de que podría haber consumido sustancias estupefacientes. "Ojalá viviéramos en una sociedad en la que se pudiera confiar en mi palabra. Pero como ahora quieren levantar esas sospechas, por eso me hice la prueba", decía la primera ministra finlandesa.

Sin embargo, sus vídeos, que ella misma ha asegurado que no son un chantaje pero han sido publicados en contra de su voluntad, han provocado el efecto completamente contrario en las mujeres de su país. Mientras el escándalo continuaba en boca de todos, mujeres finlandesas y de otros países nórdicos como Dinamarca, iniciaban una corriente bajo el lema 'Solidaridad con Sanna Marin', compartiendo vídeos suyos disfrutando de fiesta, bebiendo y bailando.

Sanna Marin admitió ante los medios haber consumido alcohol durante la celebración, pero ha negado el consumo de drogas: "Nunca en mi vida, ni siquiera en mi juventud, he consumido drogas." Las alarmas saltaron cuando algunos medio finlandeses aseguraban que se podía escuchar a los participantes decir la palabra "jauhojengi" (literalmente, la pandilla de la harina). haciendo referencia al consumo de cocaína. Al ser preguntada por los periodistas sobre la existencia de esta supuesta banda, Marin responde que "no sabe nada sobre eso".

Pero lo cierto s que estos vídeos también han levantado todo un movimiento por el trato desproporcionado recibido por la primera ministra en comparación a cómo se ha reaccionado a este tipo de polémicas cuando la persona afectada y señalada era un hombre. Así lo ha expresado la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, que en una entrevista en 'La Hora de La 1' aseguraba que "estas valoraciones no se hubieran hecho nunca si en lugar de haber sido una primera ministra hubiera sido un primer ministro".

En el programa de 'Hoy por Hoy' de la Cadena SER, la periodista finlandesa Kukka-Maria Ahokas, ha asegurado que existe una brecha generacional en las reacciones a los vídeos de la primera ministra: "En las décadas anteriores, nuestros primeros ministros se emborrachaban mucho, incluso eran alcohólicos, tomaban vodka con los líderes de la Unión Soviética. Ahora los tiempos han cambiado y es un arma de doble filo para ella. La atacan por ser mujer, tiene muchas mujeres jóvenes en su gobierno, es fuerte políticamente y esto irrita a bastantes sectores conservadores de la sociedad", aseguraba en antena.

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Yendo un paso más allá, Rodríguez ha insinuado lo que muchos llevan días comentando en redes. La primera ministra finlandesa ha sido comparada en numerosas ocasiones con otros políticos que, durante su mandato, han protagoniza polémicas similares, como es el caso de Boris Johnson y el 'Partygate'. El caso de este último es especialmente problemático porque no dimitió hasta meses después y por motivos ajenos a la publicación de sus imágenes saltándose las restricciones de la COVID durante una fiesta en Downing Street el mes de noviembre del año pasado. "Hemos tenido casos de primeros ministros incumpliendo las normas y las leyes que ha costado mucho tiempo que salieran de sus despachos. Sin embargo, algo en el ámbito privado es cuestionado en el caso de que sea una mujer", decía Isabel Rodríguez en el programa de TVE.

Mariano Rajoy, Barack Obama o Juncker

Pero lo de Boris Johnson no es un caso aislado. Muchos son los políticos, en su mayoría hombres, que han salido impunes tras tener comportamientos inadecuados, y no precisamente en su vida privada. Jean-Claude Juncker es el ejemplo perfecto. El expresidente de la Comisión Europea ha estado en el centro de las polémicas en numerosas ocasiones en las que se le ha acusado de tener problemas con la bebida. De hecho el expresidente del Eurogrupo, Joren Dijsselbloem, describía a Juncker como un aficionado a "la bebida y al tabaco".

Pablo Echenique ha rescatado un vídeo en el que se puede observar a Mariano Rajoy bailando al ritmo de 'Mi gran noche' de Raphael. El vídeo fue filtrado en febrero de 2018, cuando aún estaba al frente del Gobierno. Sin embargo, el vídeo, más allá de generar ruido en redes sociales y motivo de burla, no tuvo repercusión alguna en su carrera. "Esto es un escándalo porque es mujer, joven y de centro-izquierda. El vídeo de Rajoy bailando Raphael en un hotel es 'OK' porque es un 'señoro' de derechas. Los rojos y las tías tenéis que pasarlo mal y sufrir", acusaba el portavoz de Podemos en el Congreso de los Diputados.

Barack Obama, el expresidente de EEUU, confesaba haber consumido cocaína y probado la marihuana durante su juventud. Lo hacía en sus viejas memorias, 'Dreams from my father: A story of race and inheritance' (Sueños de mi padre: Un relato de raza y herencia), escritas hace más de una década. En el prólogo de la nueva edición que sacó en 2007, cuando aún luchaba por ocupar la Casa Blanca, volvía a admitir sus errores del pasado.

El ya fallecido expresidente ruso Boris Yeltsin tampoco escondió durante su tiempo dirigiendo el país su amor por el alcohol. De hecho, tanto es así, que los fanáticos de 'Los Simpson' recordarán la referencia cultural en la que Moe elabora una escala de alcohólicos en que los posibles resultados son: "Achispado", Borrachín", Apestoso" o "Boris Yeltsin".

A la espera de conocer los resultados del test de drogas de la primera ministra finlandesa, está claro que lo que parecía un escándalo esencialmente político, ha generado todo un debate de género e ideológico. Como ha asegurado la propia Sanna Marin, el efecto que estos vídeos hayan podido generar en la opinión pública del país lo decidirán los propios ciudadanos en los próximos comicios.