"¿Hasta dónde va a llegar esto?": los jóvenes muestran su indignación por las excesivas dificultades para independizarse
La mayoría considera "imposible" emanciparse con el contexto económico actual, a pesar de que muchos tienen estudios superiores y contratos indefinidos
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"¿Hasta dónde va a llegar esto?": los jóvenes muestran su indignación por las excesivas dificultades para independizarse
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Beatriz tiene 28 años y lleva compartiendo en Madrid piso desde que tiene 21. Ha pasado por todo tipo de inmuebles y ha tenido diferentes compañeros. Pero durante todos esos años siempre ha seguido un mismo patrón: "Siempre he tenido que vivir fuera de la M-30 para poder pagar el alquiler". Como ella, miles de jóvenes españoles ven cada día más difícil la posibilidad de vivir solos. Independizarse antes de los 30 años es misión imposible. Los jóvenes estudian, trabajan, ahorran, pero no les llega para poder pagar un alquiler en solitario en ciudades como Madrid, Valencia o Barcelona. Si quieren vivir fuera de casa tienen que pagar un precio: tienen que compartir piso.
Sara lleva tres años viviendo fuera de casa, pero todavía no es económicamente independiente, confiesa que vive "gracias" a la ayuda de su madre, "sino no llegaría a fin de mes". Lo mismo le pasa a Juan: "Divides el alquiler, los gastos, y aun así, suerte si consigues ahorrar". Viven gastando lo mínimo porque todo su sueldo, sus ingresos, se va en el alquiler. "No es solo el pagar el alquiler, es todos los gastos que derivan del piso, lo que hace que ahorrar sea imposible", explica Sara. Es por eso que muchos lo acaban descartando. Se abre entonces la última puerta, la que suele ser más barata: alquilar una habitación y compartir piso con completos desconocidos. "Te toca compartir tu casa con dos personas que no conoces, una casa que, tal y como esá el mercado, es un espacio enano", recuerda Julia. "Qué es lo siguiente, se pregunta Marina, ¿tener que resignarnos a alquilar sofás, a vivir debajo de un puente? ¿Hasta donde va a llegar esto?"
La mayoría ha asumido que que ese es un camino por el que tienen que pasar hasta que puedan tener una casa propia. "Primero se comparte piso, luego vives solo o con tu pareja y luego cuando llevas unos años y has conseguido ahorrar dinero entonces, ahí ya puedes plantearte comprar una casa", relata Jaime. Quienes sí pueden permitirse vivir solos, aunque sea de alquiler, confiesan lo hacen gracias a la ayuda de sus padres. Andrea vive sola, pero lo hace en un piso "muy pequeño" de una habitación: "No puedo permitirme nada más y aun así, vivo gracias a la ayuda de mi madre". Pedro vive en una casa que le alquila su tía, lo que le permite pagar un alquiler "más bajo". Pero también, hay quien confiesa poder pagar un piso para él solo, pero no quiere gastar ese dinero, como Alberto: "Tengo un salario decente y podría permitirme pagar un alquiler yo solo y podría mantenerme. No me da la gana pagarle la mitad a un casero porque me parece una forma de vasallaje".
Son una de las generaciones más preparadas de la historia. Tienen carreras, grados, másters, años de experiencia, pero sus sueldos no acompañan. "Da mucha rabia, estás mucho tiempo estudiando, consigues un trabajo bien, en una buena empresa, pero sigues sin podértelo permitir", dice Isabel. La mayoría coincide en que ve "muy lejos" el momento de irse a vivir solos. Es "imposible", se quejan. Y si hablamos de futuro, de hipotecarse, ahí la esperanza está totalmente perdida.
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Lydia Ramón Espinosa de los Monteros
Graduada en Periodismo por la Universidad de Valencia y Máster en Periodismo por la Escuela UAM - EL...