Economía y negocios

Ryanair vuela con tripulantes de cabina sin contrato

Cuando terminan el curso de formación, muchos de los tripulantes empiezan a trabajar sin visado y sin estar dados de alta en la seguridad social. Los sindicatos denuncian la precariedad laboral de la aerolínea: para cobrar el salario mínimo, los nuevos TCP tienen que volar casi el máximo de horas permitidas por ley

Tripulantes de cabina de Ryanair protestan en el aeropuerto de Barcelona-El Prat durante una jornada de huelga a finales de junio. / Enric Fontcuberta EFE

Madrid

Pedro (nombre ficticio) tiene 18 años, vive con sus padres en Alicante y quiere trabajar como azafato en una compañía aérea. Su interés por formarse en el oficio le llevó a matricularse en un centro privado en el que obtuvo un título de tripulante de cabina (TCP). Cuando vio la posibilidad de conseguir su primer empleo en Ryanair, no dudó en dejar su ciudad e inscribirse en el curso de formación que la compañía exige a quienes quieran trabajar en ella, incluso a los candidatos que ya tienen un curso homologado. Un mes y medio después, cuando le quedaban pocos días para terminar el curso, Pedro lo abandonó harto de la precariedad y los riesgos laborales a los que se exponía. “No lo recomiendo”, dice ahora de vuelta en su casa.

El curso de formación de Ryanair dura seis semanas y comienza con una entrevista personal, en la que también se evalúa el nivel de inglés de los aspirantes. A quienes superan la entrevista se les ofrece la posibilidad de realizar la parte teórica del curso en diferentes ciudades. Pedro hizo la entrevista en Barcelona y eligió Madrid para asistir a las clases. Entre que le comunicaron que había pasado la prueba y el comienzo del curso, solo tuvo tres días para buscar alojamiento. No lo encontró y se hospedó en casa de sus abuelos. Esto le sirvió para ahorrarse un dinero, ya que la aerolínea no paga el coste del alojamiento.

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Ryanair abona a los futuros tripulantes 28 euros al día, aparentemente en concepto de dietas, y solo de lunes a viernes (140 euros a la semana). “Paga directamente en cuenta bancaria por los días de curso de formación inicial, sin pagar ni impuestos ni seguridad social por los días del curso”, explica a la Cadena SER Ernesto Iglesias, responsable de vuelo del sindicato USO en el sector aéreo. “Las dietas se pagan a trabajadores, algo que nos genera serias dudas, dado que no han firmado contrato alguno y podrían ser pagos irregulares, por lo que lo pondremos en conocimiento de la Inspección de Trabajo”, comenta.

Después de cinco semanas de clases teóricas, de 8:00h a 19:00h, en Madrid, y de dos días en Alemania realizando prácticas a bordo del avión en tierra, Pedro y sus compañeros de curso fueron destinados a la base que Ryanair tiene en el aeropuerto de Londres-Stansted para hacer las últimas prácticas en vuelo y empezar a trabajar después. Sin el visado ni el contrato de trabajo que les exigían los caseros para poder alquilar una casa, terminaron alojándose en un hotel. A Pedro, sus padres le pagaron los más de 400 euros que costó su estancia en el hotel y los desplazamientos que hacían en coches de Uber hasta el aeropuerto. Otros compañeros que no tuvieron esa suerte y habían agotado su presupuesto se volvieron a España.

Volar sin contrato

Entre las promesas de que pronto estaría listo su contrato, Pedro comenzó las prácticas en vuelo sin haber firmado nada. Los dos primeros días pensó que sería normal, que formaría parte del curso, ya que trabajaba junto a los cuatro TCP que forman la tripulación en un avión. Pero el tercer día vio que él era el cuarto TCP y lo comentó con la responsable del equipo y con el piloto. “Le dije: 'no tengo contrato, no he firmado nada, no he visto nada'. Y me dijo el capitán que eso era ilegal, que no era mi culpa, que me fuera a casa y que era culpa de Ryanair”, cuenta Pedro. De vuelta al hotel, recibió una llamada de su supervisora: “Me dice que por qué no he ido a trabajar, que sí que podía trabajar sin contrato porque está en proceso...”. Según explica, el día que se marchó solo dos de la docena de compañeros del curso que estaban ya volando habían recibido el contrato.

“En caso de que ese trabajador sufra algún accidente está totalmente desprotegido y eso no debe ocurrir”, comenta Ernesto Iglesias, quien afirma que “en todas las aerolíneas en España, cuando se da ese tipo de formación [quien la recibe] está debidamente dado de alta en la Seguridad Social y tiene una protección mínima como cualquier trabajador, aunque esté en un periodo de formación”. Y recuerda los riesgos: “Puede haber una turbulencia y que te des un golpe en la cabeza o que tengas un hueso roto, o que puedes tener un fuego a bordo y sufrir un accidente. Estar en prácticas no te exime de tener ese tipo de situaciones”.

Para tener derecho a un seguro médico durante la formación, Ryanair exige a los candidatos disponer de una Tarjeta Sanitaria Europea válida emitida por su país de origen antes de comenzar el curso. Esto, comenta Iglesias, supone que la aerolínea delega su responsabilidad en caso de accidente en los sistemas de seguridad social europeos de cada país miembro. “Pondremos esta situación en conocimiento de Inspección para que lo valore, y en su caso, sancione y regularice”, advierte Iglesias.

Desde que llegó a España hace 20 años, Ryanair ha transportado a más de 400 millones de pasajeros hacia o desde nuestro país. Según la compañía, aporta 14.000 millones de euros anuales a la economía española y 6.000 empleos directos en 27 aeropuertos, de los cuales diez son bases. / FERNANDO VILLAR

Más precariedad

Una vez superado el curso de formación, la precariedad continúa al entrar a formar parte de la plantilla. Al contrario que en el resto de compañías aéreas, en Ryanair los nuevos tripulantes de cabina deben pagar de su bolsillo la tarjeta identificativa que necesitan para trabajar en el aeropuerto (50 euros), el test de drogas obligatorio (50 euros) y, a partir del primer año, también los elementos del uniforme que necesiten. Y tienen que trabajar casi al límite de las horas de vuelo permitidas por la ley para cobrar el salario mínimo.

Iglesias señala que la normativa aérea impide que un TCP vuele más de 900 horas al año: una media de 81 horas al mes en 11 meses, descontando el mes de vacaciones. Según explica, “por el tipo de salario que tienen los tripulantes de cabina de Ryanair de 712,33 euros, más 5,83 euros brutos por hora de vuelo, te da que para poder superar el salario mínimo bruto en 12 pagas, que es de 1.166,66 euros, tienen que volar más de 78 horas”. Son menos de tres horas por debajo del límite permitido. "Tenemos casos donde ha habido varios meses en los que se ha cobrado por debajo del salario mínimo y que la propia Inspección de trabajo ha constatado en la base de Girona", afirma.

A pesar de la mala experiencia con Ryanair, Pedro sigue con su objetivo de trabajar como tripulante de cabina y está buscando procesos de selección en otras aerolíneas. Su denuncia la hemos conocido gracias a su madre, que es además quien le advirtió de los riesgos que corría al trabajar sin estar protegido y le animó a abandonar el curso. En el relato de ella aparecen episodios que Pedro no menciona al recordar su experiencia. Por ejemplo: “Mi hijo hubo uno de los días de prácticas que estuvo 12 horas metido en un avión sin agua y sin comida”. Según sus cálculos, los gastos derivados del curso les han costado unos 2.000 euros. Todo esto lo denuncia, dice, para que no le pase a nadie más: “Como madre lo hago sobre todo porque lo he sufrido con mi hijo, mi hijo lo ha sufrido. Y a mí me gustaría que se pusiera remedio para que no pasen más chicos por lo que ha pasado mi hijo y por lo que están pasando sus compañeros”.

La Cadena SER ha intentado en varias ocasiones, sin éxito, obtener la versión de Ryanair sobre las condiciones de su curso de formación y de los nuevos tripulantes de cabina. El departamento de prensa de la compañía en España trasladó la solicitud a la dirección de la aerolínea en Dublín, que no ha querido hacer ningún comentario al respecto.

Carlos Sevilla

Carlos Sevilla

Periodista en la sección de Economía, donde cubro la información sobre consumo, energía y el sector...

 
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