El valor de sobreponerse al desánimo
Somos las personas quienes tenemos que hacer que los aires cambien, que la putrefacción retroceda, que las cloacas sean fumigadas con verdades como puños y que los manipuladores retiren sus posaderas del asiento
Maruja Torres: "Los aires no cambian"
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Madrid
Un buen pesimismo es, para mí, mejor que un mal optimismo, pero lo que de verdad me parece un bien superior es que tengamos el valor de sobreponernos al desánimo. Y que le demos de patadas a la resignación. Pensaba despedirme de este curso con una oda al verano, en plan esto y lo otro y los bellos atardeceres pero, por fortuna, recordé que, hace un par de semanas, puse un tuit diciendo: "Qué ganas de vacaciones y de cambiar de aires" e inmediatamente un reportero de bien, y periodista a quien respeto, me respondió que "los aires no cambian; son los aires lo que hay que cambiar".
Mucha más mierda flotando en el aire después, he comprendido que el mensaje de mi colega es infinitamente más animoso y poderoso que cualquier tontería que yo pueda compartir aquí sobre, por ejemplo, la suerte que tuve al descubrir la fragilidad del verano en tiempos en que la escasez, y leer a Pavese tumbada en la toalla, convertían la playa libre en un tesoro.
En realidad, todo está en esa corta frase de mi colega. Son los aires los que tienen que cambiar. Somos las personas quienes tenemos que hacer que los aires cambien, que la putrefacción retroceda, que las cloacas sean fumigadas con verdades como puños y que los manipuladores retiren sus posaderas del asiento. Y a patadas contra la resignación. Porque nada es para siempre. Feliz verano.
Maruja Torres
María Dolores Torres Manzanera (Barcelona, 16 de marzo de 1943), más conocida como Maruja Torres, es...