La conducta del Tribunal Supremo es intolerable

Barcelona

La cumbre de la OTAN ha sido un éxito. El apoyo redoblado a Ucrania, las advertencias a Rusia, el aumento del peso europeo, el nuevo concepto estratégico que indica cómo afrontar los nuevos conflictos. También el país anfitrión, España, cosecha buenos resultados. Por la recuperada sintonía con Estados Unidos, por el compromiso político aliado de responder a cualquier ataque contra la integridad territorial de los socios, y, por tanto, de proteger a Ceuta y Melilla.

Todo esto tiene mucho desarrollo informativo. Pero hay un episodio de la cumbre que no tiene nada que ver con la defensa y resulta muy interesante. Para los americanos y para los españoles. Es el pasaje del discurso del presidente Joe Biden en que ha afirmado: “América está en una mejor posición de la que nunca había estado para liderar el mundo, pero lo que nos trata de desestabilizar es el comportamiento intolerable del Tribunal Supremo de Estados Unidos”, refiriéndose a su última sentencia sobre el aborto.

Imaginen que el presidente español dice lo mismo sobre la conducta del presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial. Se le echarían encima unas cuantas jaurías. Pero ese juez se lo merecería, porque su mandato y el del consejo que preside está caducado hace tres años y medio. Así que no es nadie, su poder es ilegítimo y su autoridad resulta deleznable. Pero no dimite, que es lo que hace años debió hacer. En vez de seguir boicoteando la renovación judicial que mandata la Constitución. La conducta de Carlos Lesmes destruye la credibilidad del sistema judicial. Es pues intolerable. Aunque quizá el poder ejecutivo nunca debiera decirlo. En términos democráticos y constitucionales, es peligrosa y dañina.

Escucha todas las miradas de Xavier Vidal-Folch