Oltra no dimite
En España se da un uso político y torticero del procedimiento judicial. Muchos perdedores buscan la revancha ante los tribunales, cuando el lugar de la política y el de la justicia son distintos
Barcelona
Mònica Oltra no dimite. La vicepresidenta valenciana califica de cacería provocada por la extrema derecha el proceso que ha dado lugar a su imputación judicial. La cuestión es fea. Como consejera de Asuntos Sociales, Oltra supuestamente habría tapado presuntos abusos de su exmarido a una menor protegida por la administración y se la acusa de prevaricar, abandonar a menores y no denunciar delitos. También es muy feo que los promotores de la querella fuesen exdirigentes de Vox.
En abstracto y en principio, entre una institución y la persona acusada que la representa, siempre hay que elegir a la institución. Porque esta representa el interés de todos. Y la persona se defiende a sí misma. Lo adecuado sería así dimitir, para no erosionar ni perjudicar a la institución. Pero hay matices. La persona también simboliza a sus votantes, y a todo el cuerpo electoral: encarna un derecho colectivo constitucionalizado, a la representación política. Además, el tribunal avala que los expedientes de la consejería de Oltra "no puedan considerarse ilegales". Aunque sí "de dudosa legalidad". Pero de la que "no existe prueba directa". Todo un poquito blando. O quizá feo.
Y sobre todo, en España se da un uso político y torticero del procedimiento judicial. Muchos perdedores buscan la revancha ante los tribunales, cuando el lugar de la política y el de la justicia son distintos. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau ha superado una decena de querellas: resistiendo, quizá ha dañado la imagen de su Ayuntamiento. Pero si hubiese dimitido a la primera de cambio, habría distorsionado el derecho de los votantes. El primer presidente de Castilla y León, el socialista Demetrio Madrid, dimitió en 1986 al ser procesado por presunto delito social. Cuatro años después fue absuelto.
Salvo algunos compañeros suyos, nadie hizo nada por restituir su fama. Ni José María Aznar le devolvió el cargo. Ni nadie le brindó una copa de cava.
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Xavier Vidal-Folch
Periodista de 'EL PAÍS' donde firma columnas y colaborador habitual de la Cadena SER, donde publica...