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La Justicia británica frena el polémico primer vuelo para deportar migrantes de Reino Unido a Ruanda

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos bloquea a última hora la primera deportación del polémico plan en materia de migración del ejecutivo de Johnson

El avión que iba a deportar a los primeros migrantes de Reino Unido a Ruanda / Finnbarr Webster

El avión que iba a deportar a los primeros migrantes de Reino Unido a Ruanda

Madrid

El primer vuelo programado para llevar migrantes de Reino Unido a Ruanda en el marco del su nuevo y polémico plan en materia de migración y que tenía previsto despegar este martes finalmente no saldrá del país.

Los recursos legales de los solicitantes de asilo que debían de ser expulsados este martes por el Reino Unido en un vuelo a Ruanda han impedido la salida del avión, que esperaba desde hace horas la luz verde para despegar, según la ONG Care for Calais.

La organización, al igual que los medios británicos, informó poco después de las 22.00 hora local (21.00 GMT), de que ya no quedaba una sola persona más dentro del avión gracias a la acción de la Justicia y que por tanto el vuelo no saldrá del aeródromo militar Boscombe Down, en Amesbury (oeste de Inglaterra).

En las últimas horas, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) ordenó la paralización de la expulsión de varias de las siete personas que debían ir a bordo del primer vuelo de estas características, que ha provocado la polémica en el Reino Unido y el rechazo desde el príncipe Carlos, heredero de la Corona, hasta la cúpula de la Iglesia Anglicana.

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El Gobierno de Ruanda aseguró este martes que todo estaba preparado para la llegada de los primeros solicitantes de asilo que Reino Unido iba a enviar al país. El anuncio se hizo en una rueda de prensa de la oficina del portavoz del gobierno ruandés en la que se hizo hincapié en el compromiso del país africano con el controvertido acuerdo de inmigración entre el Reino Unido y Ruanda. "Hemos hecho preparativos de ocio para los migrantes en sus instalaciones, pero tenemos la intención de proporcionarles más en función de sus demandas", declaró Philippe Habinshuti, secretario permanente del Ministerio de Gestión de Emergencias y Catástrofes.

La portavoz del gobierno, Yolanda Makolo, dijo que las expectativas del país con respecto al acuerdo sobre migrantes con el Reino Unido no son financieras y tampoco pueden describirse como una inversión en capital humano. "Lo hemos hecho porque los migrantes africanos son en su mayoría jóvenes capaces de estudiar, trabajar y servir a nuestro continente", declaró Makolo.

"Ruanda sigue comprometida con la asociación para la migración y el desarrollo económico con el Reino Unido, que, según dijo, es un 'programa innovador' que pretende hacer frente a la crisis migratoria mundial que causa un sufrimiento incalculable en tantas personas y que enriquece a los delincuentes", añadió.

La portavoz también señaló que el país estaba dispuesto a acoger a miembros de la comunidad LGBTQ si se les reubicaba en el país. "Nuestras leyes no discriminan. Somos una sociedad que ha sufrido mucho por la discriminación, por eso estamos firmemente en contra de cualquier forma de discriminación", aseguró.

Se espera que el primer grupo de solicitantes de asilo, que serán siete u ocho personas, llegue a Ruanda a primera hora de la mañana del miércoles y se aloje en el albergue Hope, situado en Kigali, la capital ruandesa, y construido con la contribución de los ruandeses para acoger, en un principio, a los supervivientes del genocidio y a los huérfanos. Desde que se anunció el pasado abril, este acuerdo ha suscitado críticas de grupos de derechos humanos, figuras de la oposición de ambos países, así como de las Naciones Unidas.

La principal figura de la oposición ruandesa, Victoire Ingabire Umuhoza, ha declarado que el acuerdo para enviar a los solicitantes de asilo a Ruanda viola la Convención de Ginebra de 1951, cuyo principio fundamental es la no devolución a un país donde su libertad pueda estar gravemente amenazada.

"El gobierno de Ruanda es conocido como un gobierno que no respeta los derechos humanos. Es inaudito que un país democrático como el Reino Unido no haya asumido su responsabilidad y haya decidido hacer recaer toda la carga sobre un país en desarrollo y no democrático como Ruanda", dijo Ingabire.

Según Kigali, el gobierno británico aportará al ruandés hasta 120 millones de libras esterlinas (más de 138 millones de euros) y los migrantes serán "integrados en las comunidades de todo el país".

 
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