El peligro de los detalles
"Ahora habrá que seguir buscando. Se trata de un asunto difícil, porque a donbenitenses y villanovenses lo de Mestas o Concordia les pareció un poco cutre, como de pueblo pequeño, y van a convertirse en la tercera ciudad de Extremadura. No sé. Yo creo que, como nombre para la nueva ciudad, grande y dinámica, Metrópolis funcionaría muy bien"
Madrid
Ya se habrán enterado de que la fusión entre Don Benito y Villanueva de la Serena, los dos motores económicos de la comarca de las Vegas Altas, en Extremadura, ha sufrido un pequeño tropiezo. Las poblaciones de ambas localidades aprobaron en referéndum, por amplias mayorías, convertirse en una sola. Pero ahora hay que elegir el nombre. Una comisión propuso dos opciones, Mestas del Guadiana y Concordia del Guadiana. Y no gustaron a la gente. Los alcaldes, después de revelar las propuestas de la comisión, tuvieron que ser protegidos por la policía. Claramente, el nombre de Concordia no procedía en absoluto.
Ahora habrá que seguir buscando. Se trata de un asunto difícil, porque a donbenitenses y villanovenses lo de Mestas o Concordia les pareció un poco cutre, como de pueblo pequeño, y van a convertirse en la tercera ciudad de Extremadura. No sé. Yo creo que, como nombre para la nueva ciudad, grande y dinámica, Metrópolis funcionaría muy bien. Ahí lo dejo.
Esto venía a cuento de que el problema siempre está en los detalles. No es tan difícil ponerse de acuerdo en lo general. Lo complicado llega cuando llegan las cuestiones menores.
Es lo que ocurre, por ejemplo, en la reacción de la OTAN frente a la guerra de Ucrania. A todos los países miembros les parece más o menos mal (digamos que a Hungría, no muy mal) el ataque ruso. Y dos países que eran neutrales y vecinos de Rusia, Suecia y Finlandia, han decidido unirse a la organización militar por puro miedo a Putin. La adhesión debe aprobarse por unanimidad y Turquía, un socio típicamente puñetero, ha puesto condiciones: los nuevos miembros escandinavos deben dejar de ofrecer refugio a los kurdos, y nadie ha de poner pegas a la enésima incursión turca en territorio sirio para perseguir a los kurdos.
Quién iba a suponer que, de puro rebote, la agresión de Rusia a Ucrania fueran a pagarla también los pobres kurdos, que estaban a sus cosas en otro continente. Pero así de peligrosos son los detalles.