Cien días de guerra
Una guerra no se gana solo con tanques, sino con potencia política y moral
Madrid
Cien días de guerra en Ucrania. Son muchos días. Y todavía más para una supuesta “operación técnico-militar”, como la bautizó Putin, que debía durar solo días o alguna semana. Cien días de martirio y horror para una sociedad que nunca lo imaginó. Y también de muerte y desesperación para muchos de los soldados invasores. Porque en gran número no supieron a qué les enviaban.
En esta guerra el Kremlin ha conseguido algunas pocas victorias en el campo de batalla. Pues claro, es la primera potencia militar mundial. Pero ha cosechado muchas derrotas políticas, por culpa de sus errores de cálculo, de sus métodos dictatoriales de sumisión, de su ignorancia. Esto es clave: una guerra no se gana solo con tanques, sino con potencia política y moral.
Entre esos errores el que quizá va descollando más es la suposición de que Europa se dividiría, se mostraría débil e inoperante, incluso se fragmentaría. Sucede al revés: Suecia y Finlandia abandonan el neutralismo y se unen a la mayoría que se concierta en la OTAN. Y esta semana de los 100 días, Dinamarca abandona su inhibición militar: se incorpora, por referéndum, a la política europea de Defensa, de la que estaba exenta. Siempre atenazados por el dilema entre ser y no ser, que atormentaba al príncipe Hamlet, los daneses han decidido ser. A tiempo completo.
Xavier Vidal-Folch
Periodista de 'EL PAÍS' donde firma columnas y colaborador habitual de la Cadena SER, donde publica...