El programa «Hora 25» está de celebración y es que cumple 50 años desde su primera emisión. Los micrófonos de la Cadena SER han retransmitido momentos históricos como el 23-F, la matanza de los abogados de Atocha o el cese de la actividad terrorista de ETA. Rafael Luis Díaz, Mariano Revilla y Fernando Ónega han sido algunos de los que han estado al frente de «Hora 25» y han tenido la importante labor de contar todos los acontecimientos. El periodista de la SER que estaba narrando la investidura de Calvo Sotelo y al que los golpistas apuntaron con sus armas era Rafael Luis Díaz. Junto a él en el Congreso estaban los técnicos de sonido Eduardo Labarrieta y Mariano Revilla. Y fuera, sufriendo por ellos, decidiendo cómo gestionar una noche que podía acabar en drama, Fernando Ónega, que era entonces director de informativos de la SER. La Cadena SER fue la única radio que pudo informar de lo que estaba pasando. «En aquel momento estaba con el director general, Emilio Fontán, y sonó la voz de Rafael Luis Díaz y el instinto de Fontán fue cortarlo y yo le dije: director, esta es la historia. Y decidimos continuar hasta la mañana del día siguiente y fue una de las retransmisiones más largas de la historia», ha rememorado Ónega. «El rey salvó el golpe de estado y la radio, la SER, salvó el golpe de estado. Si no hubiera sido la información que dio durante todo el tiempo, lo que hubiera funcionado en este país es el rumor. Un golpe de estado con un país lleno de rumores sin saber lo que está pasando es el caldo propicio para que hubiera triunfado un golpe de estado», ha asegurado el exdirector de informativos. A Rafael Luis Díaz lo dieron hasta por muerto algunos compañeros de Radio Madrid. «En el estudio central por si acaso se cortaba la emisión estaban dos que eran Javier González Ferrari y José Joaquín Iriarte. Cuando me oyeron, a mí me lo contaron después, José Joaquín se levantó y dijo lo han matado», ha contado Díaz. Los técnicos que estaban fuera del hemiciclo con una cabina de teléfono para enganchar los cables y poder retransmitir la señal del hemiciclo también vivieron momentos angustiosos. «Cuando escuchamos a Rafael anunciar que habían entrado en el Congreso, teníamos una cabina de teléfono para retransmitir y yo abrí la puerta del hemiciclo y vi que estaban disparando y cerré la puerta. Vino un periodista y me dijo que lo grabara y cuando abrí la puerta, vi que estaban apuntando con los fusiles a Rafael. Yo volví a la cabina, apagué la luz, guardé los equipos y puse algunos que no estaban funcionando en otra cabina que había», ha recordado Mariano Revilla. El momento más tenso sin duda fue el de Rafael Luis Díaz cuando se quedó sin micrófono y tenía a un guardia civil apuntándole con un fusil. «Estaba retransmitiendo en directo esa sesión de investidura en la tribuna de los periodistas y subió un teniente coronel con una pistola. Yo bajé a refugiarme detrás de la columna y esa zona es muy estrecha. Entonces vi que tiraban de un cable y pensé que alguien se había tropezado, pero me giro y veo a un guardia apuntándome con un fusil. Le dice al cámara: no intentes tocar la cámara que te mato. En ese momento, yo agachado y detrás una metralleta, imagínate cómo se te queda el cuerpo», ha contado Díaz. «Cuando ya me dejó sentarme, vi que el micrófono se había quedado ahí donde la columna, entonces tenía que estar retransmitiendo todo. Cuando el guardia se despistaba yo empecé a tirar del cabe hasta que lo pude poner detrás de mí. Si yo supiese morse podría transmitir con los golpes al tirar del cabe, pero cuando ya nos pudimos ir yo lo escondí y se retransmitió todo, y encima la emisión salió bien», ha narrado recordando la gran hazaña. Otra de las anécdotas que ha recordado Díaz es que el guardia le ofreció un cigarrillo. «El guardia que tenía detrás sacó un cigarrillo y me ofreció uno, y como interpretó que yo le rechazaba el cigarrillo, me dijo: le he dicho a usted que se lo fume, y entonces ahí estuve con mis cigarro, que mis compañeros se giraban y estarían pensando cómo estará Rafel de nervioso que hasta está fumando». «Dicen que se equivocaron de emisora, la voz de Madrid, pero a mí como error me vale, era un golpe de estado y teníamos preparada la música militar por si entraban», ha recordado entre bromas Ónega. Asimismo, Revilla ha recordado cuando José María García retransmitió al día siguiente desde el Congreso subido a un coche. «Por la mañana ya se va al Congreso con la unidad móvil y los guardias hasta se cuadraron ante él. La foto emblemática del día fue él subido a un coche retransmitiendo desde ahí», ha finalizado.