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Final trágico para la 'fuga por amor' de un preso y una carcelera en Estados Unidos

Una funcionaria de prisiones ha muerto mientras trataba de huir con un preso con el que mantenía una relación sentimental

El 29 de abril era el último día de la agente Vicky White como funcionaria de una prisión en el condado de Lauderdale, Alabama (Estados Unidos). Poco antes de su jubilación, había vendido su casa y avisado a sus familiares y amigos de que iba a pasar unos días en la playa. Nadie imaginaba que su plan era, en realidad, ayudar a fugarse a un preso con el que mantenía una relación sentimental y que, diez días después, moriría en el hospital tras una persecución de película.

Según relata la 'BBC', Vicky White se enamoró de un recluso de 38 años con el que compartía apellido pero no parentesco. Su nombre es Casey White y cumplía condena de 75 años por una serie de delitos cometidos en 2015, entre los que se incluían robos en casas y de vehículos. Además, estaba acusado de apuñalar a una mujer en 2020. En un primer momento confesó este asesinato, pero más tarde se declaró no culpable, alegando demencia y enajenación mental. Estaba a la espera de un juicio en la prisión de la que desapareció.

La mayor fuga de la historia carcelaria de Europa

Su fuga no habría sido posible sin la colaboración de Vicky White. Ella le trasladó a una cita médica que resultó ser falsa y condujo el coche con el que se fugaron hasta Evansville, Indiana. Allí fueron localizados por la policía y, tras intentar huir de los agentes, sufrieron un accidente en el que la mujer murió y el presidiario se dio por vencido. Tras el choque, se entregó a las autoridades.

Casey White, en la cárcel.

Casey White, en la cárcel. / Oficina del alguacil de Lauderdale.

El alguacil del condado de Vanderburgh, Dave Wedding, aseguró a medios locales que Vicky White se pegó un tiro cuando se vio acorralada. Sin embargo, el alguacil del condado de Lauderdale, Rick Singleton, no quiso hacer comentarios respecto a la supuesta autolesión y se limitó a desearle una pronta recuperación a la que fue su compañera. En primer lugar, por su "bienestar"; y en segundo lugar, para pedirle explicaciones: "Tiene que darnos algunas respuestas y esperamos tener la oportunidad de que nos las dé".

Por desgracia, la mujer falleció horas después de llegar al hospital Deaconess de Evansville, a causa de las heridas de bala "muy graves" que ella misma se infligió. Estaba acusada de falsificación y robo de identidad por usar, presuntamente, un nombre falso para comprar el Ford Edge utilizado en la fuga. También se emitió una orden contra ella en la que se le acusaba de permitir o facilitar la huida del recluso.

Una trabajadora ejemplar

Vicky White tenía un historial ejemplar como guardia penitenciaria. "Le hubiera confiado mi vida. De verdad lo digo", declaró el fiscal de Lauderdale, Chris Connolly. "Cuando necesitábamos algo de la prisión, ella era la persona a la que acudíamos, una empleada sólida. Por eso es tan sorprendente", añadía a preguntas de los medios.

La única mácula en su expediente fue propiciar la fuga de Casey White, que volverá a la misma prisión de la que escapó con nuevos cargos y que sigue a la espera del juicio por el asesinato de hace dos años. En caso de ser declarado culpable, podría ser condenado a pena de muerte. "No volverá a salir de esta cárcel", garantiza Singleton.

 
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