En el nombre de hoy, con José Miguel Rojo: 'El chaparrón del 8M'
Columna de opinión del politólogo y profesor de Ciencia Política y Opinión Pública de la UMU
En el nombre de hoy: 'El chaparrón del 8M'
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Murcia
El chaparrón del 8M
En el nombre de hoy 10 de marzo, hablamos del 8M, de qué íbamos a hablar si no. Manifestaciones pasadas por agua este año. Chaparrón de actualidad. Jarro de agua fría para el movimiento feminista, al que se le cuestiona por los comportamientos de algunos hombres de izquierdas. Como si el feminismo nunca hubiera advertido sobre ellos. Como si la ideología nos hiciera de repente buenas personas o borrara nuestras contradicciones. Los hombres somos, ante todo, hombres. Esa es una identidad primaria y sobresaliente, que puede entrar en tensión con otras, pero que es difícilmente subordinable a ellas. Separar a la persona de la idea y al movimiento social de la política de partido e institucional parece ahora, si cabe, más necesario que nunca.
El conflicto entre hombres y mujeres se ha convertido en una de las grandes divisiones políticas que atraviesan a las democracias contemporáneas. La aparición del movimiento #MeToo dejó claro que la revolución feminista no pedía un “poquito” de consideración. Estaba dispuesta a derribarlo todo. Las mujeres no se conformaban con la igualdad formal, también estaban hartas de no tener poder real. Y no me refiero a ser ministras o banqueras. Poder es plena emancipación, poder es perder el miedo. Pero para que alguien gane poder, otras personas tienen que perderlo. Porque esto sí es un juego de suma cero. Eso es lo que está pasando, lo que explica tanto ruido. Porque el león ruge cuando siente que sus privilegios se acaban.
La sensación cruzada de amenaza que se ha establecido entre hombres y mujeres genera preferencias y actitudes políticas notablemente distanciadas entre ambos sexos, especialmente entre la población más joven. En la generación Tiktok se está librando hoy la batalla cultural más intensa. Quédense con esta frase. En las recientes elecciones alemanas, entre las mujeres jóvenes quedó en primer lugar la izquierda alternativa. Entre los hombres jóvenes ganó con claridad la derecha.
¿Por qué una buena parte de los hombres jóvenes sienten una fuerte animadversión hacia posiciones progresistas y, en particular, hacia los movimientos feministas? Fueron educados en un sistema que promocionaba los valores democráticos de igualdad, respeto y tolerancia, pero también se relacionan con la actualidad a través influencers a medio camino entre el macho alfa y el incel que favorecen un relato victimista sin ningún atisbo de autocrítica, que quieren seguir viviendo convencidos de que nada ha cambiado en el mundo. Que confunden frustración con proyecto político.
La resistencia de quienes no terminan de creerse que ya nada es como antes agita a nuestra sociedad.
José Miguel Rojo
