Carmen Antúnez: "El cerebro no puede asimilar de forma continua los estímulos cortos. Merman la atención y lo colocan ante una situación de estrés que es muy perjudicial"

Murcia

La neuróloga Carmen Antúnez acaba de jubilarse después de toda una vida en el Hospital Virgen de la Arrixaca, donde puso en marcha la Unidad de Demencias y el Banco de Cerebros, únicos en el sistema público de salud. Con ella conversamos sobre el cerebro, a donde nos lleva un uso desmedido de las nuevas tecnologías y el déficit de atención que perciben los expertos, fuente de sufrimiento y estrés del cerebro y base de las enfermedades neurodegenerativas. Antúnez asegura que las nuevas tecnologías están llevando al cerebro a recibir solo estímulos cortos, que no fijan la atención y que lo someten a un estrés que supone la neuroinflamación, que es la base futura de las enfermedades neurodegenerativas, tipo demencias y Alzheimer.

Para evitarlo, Antúnez recomienda poner coto al uso del teléfono móvil y fijar la atención en una sola cosa para dar reposo al cerebro.

La base está, dice la neuróloga, en unos hábitos de vida saludables. Los estudios realizados prueban que con buenos hábitos de vida podrían reducirse a la mitad las enfermedades neurodegenerativas.

La neuróloga también ha hecho mención a la meditación y yoga, que practican desde siempre los monjes tibetanos, a los que han estudiado su cerebro, que demuestra de lo bien que le hace. Sobre el Alzheimer, Antúnez destaca que el objetivo de la ciencia es convertirla en una enfermedad crónica. Y destaca que la Unidad de Demencias está diagnosticando la enfermedad en fases muy iniciales "con un 90% de posibilidad de acierto", y en esa etapa de deterioro cognitivo leve se puede alargar esa fase de la enfermedad, para que el deterioro y la dependencia lleguen lo más tarde posible.

La principal fuente que tenemos para prevenir el Alzheimer son unos hábitos y estímulos saludables, asegura Antúnez. Todo para evitar la neuroinflamación del cerebro, a la que se puede llevar por varias vías, como la hipertensión, diabetes o falta de ejercicio físico, además del tabaco o el alcohol.

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Esos hábitos de vida saludables pueden hacer que una persona desarrolle un alzhéimer o no, o lo desarrolle cuando sea ya muy mayor. De ahí que insista en que siempre estamos a tiempo de cambiar nuestros hábitos de vida.