El UCAM Murcia CB se despide de la Champions ante un Unicaja intratable

Murcia

El UCAM Murcia CB visitó el Belgrado Arena para el reto ilusionante de las semifinales de la Finar Four de la BCL ante Unicaja Málaga. Un ambiente frío, con un pabellón con capacidad para 20.000 espectadores y con muy poca presencia de aficionados en las gradas -como es lógico por ser una sede a 2.000 kilómetros- y con combinaciones y precios poco asequibles por el desplazamiento.

Con todo, el encuentro comenzó 15 minutos tarde -porque un aro se estropeó en la ronda de calentamiento- con el UCAM comandando en el marcador e inspirado en ataque. Esa intensidad se tradujo en un Arturs Kurucs muy dinámico de cara a canasta y con Sleva anotando de tres. Eso provocó que Navarro pidiera tiempo muerto para frenar las embestidas murcianas.

Eso permitió que los malagueños respirasen y recuperaran para la causa a sus compañeros con Osetkowski y Taylor siendo puñales para los pupilos de Sito Alonso, aunque ambos equipos entraron en bonus a tres minutos del final del 1Q. Eso hizo que Unicaja bajara un escalón de intensidad para que los de Murcia arañasen otra vez (26-15).

En el segundo cuarto siguió mandando el equipo universitario, aunque de nuevo Unicaja continuó empujando para recortar puntos al UCAM. Kameron Taylor hizo diabluras y comprometió a los locales, pero Carter provocó un auténtico dolor de muelas en cada ataque. Por fortuna, el colchón de puntos de los murcianos logró que se mantuviera el luminoso (40-33).

Tanto UCAM como los de Málaga arrancaron con muchísima fuerza anotadora tras el descanso. Sin embargo, el acierto se hizo el arma más poderosa de los jugadores de Ibón Navarro. Ahí desapareció el UCAM y Kalinoski empezó a dar un recital ofensivo. Kravish, además, no dio tregua en sus labores en ataque. Eso provocó el empate a 53 a poco menos de dos minutos para el final del tercer cuarto y el zarpazo con +3 arriba a 1:20 y posturas se mantuvieron cercanas (55-59).

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En el último cuarto, con Perry y Dedovic en pista, el UCAM no dejó de sufrir. Tampoco en el perímetro, donde empezaron a abrirse huecos y el físico de los murcianos empezó a pesar considerablemente. Desde el despertar de Unicaja en el 3Q, los de Málaga ya no bajaron revoluciones. Fue casi como un toque de atención porque a falta de dos minutos, los universitarios se vinieron arriban con mucho corazón.

Unicaja en el tramo final se puso en Bonus y el UCAM solo había hecho dos faltas, algo a priori determinante con el poco tiempo que quedaba en el luminoso. En un parcial tan ajustado, los de Navarro fueron más inteligentes para gestionar las últimas jugadas y faltó mucha dirección murciana (74-80).